Está prohibido desde el 2004 que las administraciones se dediquen a llenar las carreteras de carteles de autobombo durante las semanas anteriores a los procesos electorales. El primer gobierno de Rodríguez Zapatero venía de sufrir las campañas que había organizado en este sentido el gobierno Aznar, y, consecuente, decidió ilegalizar lo que tanto había criticado.

Rajoy puso la primera valla publicitaria: rebaja de impuestos
Pero hay otras formas de hacer lo mismo. Rajoy, sin cortarse lo más mínimo, lo hizo este jueves. El hombre que nunca (o casi) habla, se subió al atril que le pusieron a tiro (el del foro de Expansión) y cuando estamos a unas semanas de que disuelva las Cámaras, anunció rebajas de impuestos y que ya tiene el desempleo como se lo dejó Zapatero... Es decir, que ha logrado borrar el que se creó bajo su Gobierno, y que las cifras que eran un desastre en 2011 son ahora una buena noticia (otra cosa sería hablar de la calidad de ese empleo).

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, rodeado de dos de las 'suyas', la vicepresidenta y, saluda a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y Ana Pastor, antes de anunciar el paraíso de las rebajas en el IRPF..., que él subió. EFE



Pero hay más. Y esto aún no lo hizo oficial Mariano Rajoy, pero todo indica que se dispone a hacerlo. El presidente de Gobierno en los próximos días nos contará que mete presión al motor parlamentario, y aprovechando su mayoría absoluta en Congreso y Senado, va a hacer algo inédito en la historia: aprobar unos presupuestos que va a dejar impuestos en herencia para sí mismo.., o para quienes vengan a gobernar tras él.

Unos presupuestos propaganda
¿Por qué va a hacer esto? Por una razón que sería ilegal si lo hiciera contratando vallas en las carreteras y en las calles de las ciudades: porque va a presentar, vender y financiar el programa de su partido a través de los Presupuestos del Estado. Unos presupuestos que serán expansivos, que incluirán previsiblemente subidas de pensiones, subidas de sueldos para funcionarios, con recuperación de planes sociales... Es decir, unos presupuestos 'propaganda', de tinte claramente socialdemócrata, que le permitan intentar borrar 'los años de plomo social' que llevamos viviendo desde que Rajoy llegó a Moncloa.

En estos momentos, filtrado desde 'los entornos' de la propia Presidencia del Gobierno, a las redacciones se ha hecho llegar la idea de que las elecciones generales serán el próximo 13 de diciembre. Fecha pre navideña (no es un dato que no tenga su importancia), que se convertiría por tanto en horizonte a partir del cual hay que reconstruir el calendario político de los próximos meses.

Presupuestos a la carrera
Un calendario que no sería muy diferente de éste.

Hacia finales de julio, el Gobierno anunciaría oficialmente su intención de la aprobación del proyecto de presupuestos para 2016, de manera adelantada. Como el proceso exige aproximadamente dos meses y medio de trámites, tendríamos a Montoro con el proyecto de presupuestos en el Congreso pocos días más tarde de la aprobación en el Consejo de Ministros. Después los altos cargos ministeriales comparecerían ante las comisiones correspondientes para defender sus cifras y, previsiblemente, antes de que acabara agosto el Congreso celebraría un pleno extraordinario para debatir las enmiendas a la totalidad.

El debate en ponencia y comisiones de las enmiendas al articulado, más las comparecencias en pleno de los diferentes ministros llevaría hasta la segunda semana de septiembre fácilmente, y después de su aprobación, los presupuestos saldrían camino del Senado. De allí deberían volver al Congreso, para su aprobación definitiva no antes de los primeros días de octubre.

... Si Grecia no lo impide
A la carrera, por tanto, se aprobarían estos presupuestos para que al menos 54 días antes de ese 13 de diciembre, es decir en algún momento de la semana que se inicia el 12 de octubre, Mariano Rajoy anunciara el final de la legislatura y la convocatoria de las elecciones.

Unos comicios a los que el PP acudiría, como decimos, 'armado' con unos presupuestos -el dinero de todos, no olvidemos- con los que vendería su nuevo rostro, el de un partido con otro perfil mucho más social... Todo esto, claro, Grecia y su crisis mediante. Porque si al final entre la Unión Europea y las autoridades griegas se lía parda, quién sabe lo que de verdad podrá hacer Mariano Rajoy con 'nuestro dinero'.