El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, comparece en rueda de prensa para analizar la situación postelectoral de su partido. EFE



Pablo Iglesias ha empezado a lanzar guiños al PSOE, partido con el que irrremediablemente tendrá que pactar para la formación de gobiernos autonómicos y locales. Ayer habló de "gestos reveladores" en la formación liderada por Pedro Sánchez y dio por hecho que la relación entre ambos ha cambiado. Aunque sí apunta a que podrá haber acuerdo, sí dijo que mantiene la convicción de no entrar en ningún gobierno socialista.

En una comparecencia ayer ante los medios, aseguró que su objetivo era evitar gobiernos del PP. Cree que la situación con el PSOE ya no es la misma y un ejemplo de ello es que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ahora ya le llama. También citó al candidato socialista a la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, que dice que las propuestas de Podemos son "asumibles", para probar que el tono es distinto. También señaló como "cómico" que hubiera hablado con socialistas como José Luis Rodríguez Zapatero, José Bono o Susana Díaz, y no con Sánchez.

No obstante, y tras defender su decisión de no entrar en gobiernos del PSOE, recuerda a Sánchez que para apoyar cualquier investidura en comunidades como Castilla-La Mancha, Aragón o Baleares se tendrán que tomar medidas en dos direcciones: tolerancia cero con la corrupción y planes de rescate ciudadano que planteen el fin de los recortes.

Mientras tanto, Podemos Andalucía sigue manteniendo el bloqueo a Susana Díaz, la lista más votada en las elecciones andaluzas. Díaz ha arremetido contra Podemos por "poner líneas rojas" al PSOE en sitios donde tiene que apoyarle y, en cambio, "pedir cheques en blanco en aquellos sitios donde creen que puedan gobernar".

Por su parte, la secretaria general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, dijo ayer que entre el PP, "que es la muerte, y el PSOE, que es el susto, elegimos el susto". Pero sus hechos, al menos hasta ahora, no lo demuestran.

En la conversación que tuvieron ayer Iglesias y Sánchez no se habló de Andalucía. Sí de la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Extremadura, Asturias o Aragón, y de alcaldías como Zaragoza, Cádiz y, sobre todo, Madrid. Manuela Carmena, la candidata de Ahora Madrid, ha explicado que cuenta con que el PSOE apoyará su investidura el próximo 13 de junio sin entrar en el gobierno municipal, un modelo que en principio le gusta. "Después ya iremos viendo", ha añadido.

En Castilla-La Mancha el acuerdo para que García-Page desbanque a Cospedal de la presidencia parece fácil y tanto PSOE como Podemos han iniciado los acercamientos.

En Canarias, los socialistas han iniciado otro camino de entendimiento -más sencillo en este caso por la historia de acuerdos que les une- con Coalición Canaria. Ambos partidos han emprendido conversaciones para garantizar la gobernabilidad durante cuatros años y han decidido excluir al PP allí donde necesiten un tercer socio.

En la Comunidad de Madrid, el archivo de la querella contra el número siete de la lista de Cristina Cifuentes la ha salvado de momento y Ciudadanos se muestra dispuesto al acuerdo. La imputación de Álvaro Ballarín por prevaricación, falsedad en documento público y desobediencia habría bloqueado cualquier negociación con Ciudadanos.

Los contactos también han empezado en Navarra, donde hay firme voluntad de formar un gobierno "de cambio", liderado por Uxue Barkos, y en el que participen Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E. Barkos se despidió del Congreso de los Diputados convencida de que hay "posibilidades ciertas" de alcanzar un acuerdo con esos partidos.

Menos posibilidades tiene el alcalde en funciones de Barcelona, Xavier Trias, de CiU, quien ha sugerido que un acuerdo entre su partido, ERC, PP y PSC le permitiría mantenerse en la alcaldía. Alfred Bosch (ERC) y Jaume Collboni (PSC) le han dejado claro que esa posibilidad es inviable y que corresponde a Ada Colau formar gobierno.

En todo este embrollo de negociaciones, el candidato Ciudadanos a la Alcaldía de Almería, Miguel Cazorla, ha ofrecido una solución salomónica: que el Ayuntamiento de esa ciudad lo gobierne cada año r un alcalde diferente de cada uno de los partidos con representación en la corporación local tras las últimas elecciones, PP, PSOE, IU y Cs.

Y es que, como ha dicho el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, el nuevo panorama autonómico y municipal exige "toda una cultura de talante y de respeto".