El Índice de Precios al Consumo (IPC) redujo una décima en tasa interanual y se situó en el 0,1% por el descenso de precios en los alimentos y la electricidad, según ha informado el Instituto Nacional de Estadística (INE). En tasa mensual no hubo variación respecto al mes de mayo y aunque el INE destaca que el IPC encadena tres meses en positivo, lo ciertos es que son décimas que indican que la actividad económica es inexistente y el consumo no repunta, es más a pesar de la paga extra el consumo solo ha subido un 0,4%.

Casi todo a la baja
Los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas redujeron su tasa anual en siete décimas hasta situarse en negativo (-1,5%), pero la mayor bajada se corresponde con los gastos de la vivienda, que bajó seis décimas debido  a la disminución de los precios de la electricidad por la devolución a los consumidores de la cantidad cobrada en exceso en el primer semestres. También bajaron los precios del vestido y el calzado, y solo evitó una tasa intermensual en negativo la subida del precio de los carburantes, los viajes y los hoteles.

Economía apagada
El Índice de Precios al Consumo sirve para mostrar los desequilibrios de una economía, o por excesos o por defecto. Así como una inflación elevada señala que la economía es un desastre, una inflación continuada en torno al 0% señala que la actividad económica tiene encefalograma plano y sin actividad económica no hay creación de empleo. Pero además en el acumulado del año tasa está en negativo, en un -0,2%, lo que provoca que el fantasma de la deflación (caída sostenida de toda la economía) siga merodeando por el sistema productivo español.

Por otra parte la inflación subyacente, que no incluye los precios de productos energéticos ni de alimentos no elaborados, se mantuvo en el 0,0%, mismo porcentaje que en el mes de mayo.