El mes de agosto ha deparado algunos hechos chocantes. Si antes del verano las autoridades alemanas presionaban a Rajoy para que pidiera el "rescate total", de repente Merkel piso el freno y en su visita a Italia le pidió al primer ministro, Mario Monti, que todavía no pidiera el rescate y que "podía aguantar solo". Eso puede llevar a pensar que la canciller alemana estaba aterrada ante la posibilidad de tener que rescatar a España e Italia juntas, dos economías que por su peso pueden hundir a toda la zona euro. Pero luego vimos que hay más, las tensiones internas alemanas entre los partidarios y detractores de ayudar a los países del Sur. La postura inflexible del presidente del Bundesbank, Jeins Weidman, contra la intención del BCE de comprar deuda española e italiana, le abrió una crisis interna e institucional a la canciller alemana. Weidmann ha amenazado con dimitir, y sería el segundo presidente del Bundesbank que le presentara su renuncia a Merkel. La canciller actúa en Europa lastrada por el duro debate interno y sus perspectivas elecctorales.

Hacia el deterioro total
Todos los dirigentes europeos, sean de derechas o de izquierdas, saben que la crisis de las subprime con origen en Estados Unidos ha impactado más en Europa porque ha evidenciado que el euro nació con defectos o carencias graves. Hay unanimidad en políticos y economistas de cualquier tendencia: no puede haber moneda común sin política fiscal común, sin unión bancaria y sin un supervisor único. Pero el camino hacia esa unión económica y finaciera de verdad es muy pero que muy difícil. Implica una cesión de soberanía nacional absoluta en lo económico y no todos los países de la zona euro, ni sus constituciones, ni sus parlamentos lo contemplan. Significa, a la postre la creación de unos Estados Unidos Europeos y en la vieja Europa, cuna de los "Estados Nación", eso son palabras mayores.

Merkel tiene que esperar a que el Tribunal Constitucional alemán se pronuncie sobre el Mecanismo Europeo de Estabilidad el próximo 12 de septiembre. Y tiene que hacer equilibrios entre los que piensan que el BCE sólo debe vigilar la inflación y los que creen que debe convertirse en el único Banco Central Europeo. En el fondo hace equilibrios entre los que piensan que es mejor un club del euro "solo con los mejores", expulsando a los despilfarradores del Sur, o apostar de verdad por un proyecto europeo.
La crisis galopa a toda velocidad y el deterioro de las cuentas españolas viaja a velocidad de la luz. El crack español puede herir de muerte el sueño europeo y Merkel llegará a Madrid con España ya de verdad al borde del abismo. Ha dejado que las cuentas hispanas se deterioren viendo como Rajoy iba de error en error, y con esos datos hasta los más duros anti-ayuda tendrán que ceder.

La canciller no olvida
Hay dos hechos que Merkel no le perdonó a Rajoy. El primero que subiera las pensiones un 1% sabiendo que no iba a tener dinero para pagarlas a no ser que se lo prestara Europa, y el segundo que en su primer Consejo Europeo Mariano Rajoy anunciara, en tono retador, que España no cumpliría el objetivo de déficit. Si hay algo que los alemanes no perdonan es la chulería cuando uno no puede pagárse de su bolsillo. Y luego vinieron más retos: dejar los Presupuestos para después de las andaluzas, hacer unos Presupuestos increibles rectificados cuatro días después y enviar a Bruselas un Plan Nacional de Reformas que, por primera vez desde la entrada de España en la UE, fue criticado públicamente por chapucero y falto de rigor. Hay ministros europeos que han dicho públicamente que el equipo económico de Rajoy no tiene credibilidad alguna.

Y faltaba la guinda. Cuando ahogado por la realidad, Rajoy pide el rescate para los bancos, niega que sea un rescate, dice que Europa no exige nada a cambio y añade, tan pancho, que el que presionó a Europa fue él. En los países "donantes" se montó una buena y todos sus primeros ministros tuvieron que salir a desmentir a Rajoy para firmar que España sí tendría condiciones.

Ahora Rajoy necesita el rescate total con urgencia. Y necesita hacerse perdonar por Merkel. Vamos a un rescate humillante porque en 9 meses como presidente del Gobierno no ha dado ni una a derechas. A izquierdas sería imposible.