Martínez Espinosa, en declaraciones a Europa Press ha dicho que no hará "distingos" y se establecerá para el duque el "mismo régimen que para cualquier otro imputado". Ha asegurado que no ha recibido ninguna solicitud oficial por parte de la Casa Real "ni en un sentido, ni en otro", aunque ha admitido que hubo una reunión el jueves pasado en los Juzgados de Vía Alemania, donde miembros de la seguridad de la Casa Real plantearon como "sugerencia y no como exigencia" que Urdangarin entrara en vehículo hasta la puerta de los Juzgados.

Entrará con su escolta
El juez decano de Palma ha afirmado que al marido de la infanta Cristina se le aplicará la misma "regla general" que al resto de imputados, aunque se le permitirá entrar en los Juzgados con su escolta de la Casa Real proporcionada por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Al respecto ha alegado que "se trata de dar un trato igualitario a todo el mundo, pero no se trata de menoscabar el elemento de seguridad personal de Urdangarin".

La Justicia igual para todos, a  pesar del Rey
La Casa Real finalmente no consigue el que fuera, según parece, su objetivo de evitar a Urdangarin el paseíllo hasta los Juzgados, y, en este caso, se cumplirá lo que el Rey preconizó en su último discurso de Navidad sobre que “la Justicia es igual para todos”.

La actuación de la Casa Real
La Zarzuela ha dado muestras de tibieza desde que se fueron conociendo los primeros datos sobre el presunto desvío de fondos públicos por parte de Urdangarin a través de su ya conocido entramado Nóos. Primero con su alargado silencio, al que sucedieron las declaraciones del jefe de la Casa Real, Rafael Spottorno, el 12 de diciembre, quien calificó la actuación del duque de “comportamiento poco ejemplar”. La escasa referencia del Rey en su mensaje navideño tampoco mejoró las cosas. El 2 de febrero, en un acto de la Federación de los Colegios de Abogados de Europa, el monarca no tuvo reparos en subrayar “el derecho a la defensa de todos los ciudadanos”.

El Rey intentó parar al duque, en secreto
La actuación del Rey y de la Casa Real ha sido la misma desde que conoció las presuntas irregularidades del duque de Palma, en 2006, tras una denuncia de la oposición en el Parlamento balear sobre los contratos de Urdagangarin con el entonces Govern del popular Jaume Matas. El monarca intentó entonces parar las actividades de su yerno, sotto voce, enviando a su asesor personal a convencerle de que abandonara sus negocios