Omar Montes ha escalado hasta la cima en la música y, teniendo en cuenta su fama, se ha lanzado al mundo de la televisión donde ha protagonizado su propia docuserie. En El principito es Omar Montes, el cantante ha dado todo detalle sobre su infancia y juventud, una época en la que asegura haber cometido varios delitos. 

En la producción televisiva de cuatro episodios de 45 minutos cada uno, el artista relata sus vivencias más desconocidas. El joven creció en el barrio Pan Bendito de Madrid, recordando que no fue una etapa fácil: "Crecí en un barrio complicado, humilde y no es fácil criarte en un barrio así", donde "con un mal paso puedes quedar enganchado, en una banda robando o muerto", afirmaba.

"Había tres o cuatro formas de buscarse la vida: la primera, irte con los mayores, ponerte a vigilar mientras ellos roban y cuando viene la policía decir 'agua'", recuerda así como una de las maneras de "sobrevivir" en el entorno. "La segunda, íbamos al parque de las gradas y a lo mejor había un grupo de chavales pijitos y decíamos 'ay, qué bien estás escuchando música, qué iPod tan bonito', y se lo quitábamos", proseguía. "Número tres: trapicheos. A los chavales del barrio les gustaba fumar porros. Cogíamos pastillas de Avecrem, las partíamos y se las vendíamos a los muchachos", asegura, una práctica en la que simulaban vender droga.

Acto seguido, Montes dejaba claro que estas "fechorías" las cometía "por necesidad", las cuales describe como "cosillas que no iban a trascender" y con las que se compraban "el abono o sacábamos para ir al burguer", relata en su documental.

Por otro lado, ya que en la producción de Amazon Prime Video intervienen personas del círculo cercano al cantante, una de estas personas de confianza desvela que en un episodio se saltaron la ley. "Omar y yo teníamos una maqueta hecha y decidimos llevarla a una discográfica muy famosa. Fuimos con un coche sin seguro que teníamos, por el Paseo de la Castellana", recuerda Moncho Chavea.

"Me pegaban en todas partes"

Otra de las duras etapas de la infancia de Omar Montes se centra en el acoso escolar que sufrió por parte de sus compañeros. En el estreno del programa de Sonsoles Ónega en Telecinco, Ya son las ocho, el cantante ahondaba más en este episodio de su vida. “Desde muy pequeño me iba fatal todo, me pegaban en todas partes y se metían conmigo en todas partes. Tenía las orejas de soplillo, era gordo, moro, gitano, tenía todas las premisas para que se metieran conmigo”, relataba.

“El peor momento fue uno que los niños accedieron a jugar conmigo a la pelota y colaron el balón en el cementerio, fui a por él y cuando estaba en la tapia me pegaron un empujón, con tan mala suerte que me di con una piedra en la cabeza. También me desfiguraron la cara. Me arrastraron del pelo por todo el patio”, proseguía.

Asimismo, también ha desvelado que cayó en una depresión por la que tuvo que pasar por un largo proceso de recuperación. Es por ello que para él, su documental significa "un reto" y espera que le sirva de apoyo a mucha gente. "Me gustaría que los chavales abusones que lo vean y los que están sufriendo bullying tengan una referencia de lo que hay que hacer. Nunca he denunciado y nunca me he chivado pero es cierto que cuando es un abuso y es mucha gente contra ti hay que pedir ayuda. Yo doy semanalmente charlas e incluso voy a los centros de menores. Yo no soy ejemplo de nada pero cuento mi experiencia para que los chavales vean que no están tomando el buen camino”, reflexionaba.