Gran Hermano VIP 8 regresará a Telecinco a mediados de septiembre como la gran apuesta de Mediaset España para tratar de levantar la crisis de audiencias que está sufriendo la cadena. Sin embargo, la polémica ha estallado tras la filtración de la primera concursante que formaría parte del reality show.

Laura Bozzo, conocida presentadora peruana, debutará en el programa de telerrealidad insignea de Telecinco a sus 71 años pese a contar con un turbio pasado en su experiencia vital, algo que no concuerda con la nueva línea editorial del grupo de comunicación, que impuso un Código Ético para ofrecer una televisión más blanca y familiar.

La conductora de varios programas exitosos en Latinoamérica desde los años 90, como Laura, Laura de todos o Laura en américa, ha conseguido ser uno de los rostros más populares de su país hasta el punto de ser reconocida en buena parte de los países hispanohablantes.

Las polémicas parecen inherentes a la vida de Laura Bozzo a juzgar por el historial con el que cuenta. Incluso ella misma se definió como "la loca a la que le persigue el escándalo, la que siempre está metida en líos" en su presentación en la segunda edición de La casa de los famosos, la versión latinoamericana de GH VIP, donde concursó el año pasado y quedó a las puertas de la final, lo que supuso una nueva oportunidad en su carrera televisiva tras estar apartada de los focos durante varios años a raíz de varias polémicas y problemas judiciales.

¿Incumple 'GH VIP' con el Código Ético de Mediaset al fichar a Laura Bozzo?

La periodista se ha visto envuelta a lo largo de los años en distintos escándalos de amenazas, corrupción, invenciones, expulsiones de programas y hasta una imputación. Un polémico historial que ha despertado a muchos espectadores la siguiente pregunta: ¿Concuerdan estos valores con el Código Ético de Telecinco?

El nuevo protocolo de realities del grupo audiovisual señala que la lista final de los participantes "deberá ser aprobada expresamente por Mediaset, que tendrá capacidad de veto". Así pues, aquellos que sean elegidos para estar en el formato serán sometidos a un "análisis de riesgo", que conllevará "un examen médico (físico y psicológico)", así como también "una investigación en el entorno familiar, profesional o social".

En esa línea, el Código Ético subraya que cada concursante será informado de "la duración y características del programa, del entorno en el que tendrá lugar, los retos a los que serán sometidos, las conductas o comportamientos prohibidos y reprobados y el cuadro de sanciones aplicables". 

Tras este análisis, a pesar de los cargos imputados a Bozzo y de su perfil polémico, sí que es cierto que no ha estado vinculada legalmente a episodios incompatibles con el Código Ético que ha impuesto Mediaset. No obstante, su elección sí que ha llamado la atención al ser un perfil alejado de las intenciones de dar un entretenimiento más blanco y familiar. Es más, el estilo de Bozzo recuerda al que tenía, precisamente, el difunto Sálvame. Cabe recordar que en el último formato de telerrelaidad de la cadena, ¡Vaya vacaciones!, ya se saltaron uno de los puntos del código ético de los realities al fichar a Carmen Nadales, que había sido expulsada disciplinariamente de Secret Story.

Los escándalos de Laura Bozzo antes de saltar a Telecinco

En 2002, saltó su primer problema judicial cuando la Fiscalía Anticorrupción de Perú acusó formalmente a Laura Bozzo de haber recibido aproximadamente tres millones de dólares directamente de una red de corrupción liderada por Vladimir Montesino, asesor del expresidente peruano Alberto Fujimori, quien cabe recordar que fue condenado a 25 años de cárcel por cometer distintos crímenes contra la humanidad. La presentadora incluso llegó  a ser arrestada en el aeropuerto de Lima cuando intentaba volar a Miami. En ningún momento reconoció los hechos, aunque se vio obligada a cumplir tres años de arresto domiciliario y fue condenada a cuatro años de prisión en el año 2006, pero la realidad es que nunca pisó dependencias carcelarias en Perú.

A raíz de la polemíca decidió emprender un viaje a México, pero de nuevo fue protagonista de un nuevo escándalo en 2007 al intentar aprovecharse de una catástrofe natural. Un terremoto asoló la ciudad peruana de Pisco provocando un completo desastre humanitario, por entonces la presentadora aseguró haber salvado a una niña de entre los escombros, pero tiempo después se desveló que no había sido ella, sino que la artífice de ese rescate fue una actriz vinculada al programa de televisión.

Laura Bozzo también fue protagonista en mayo de 2019 de un clamoroso escándalo aéreo cuando se le invitó a abandonar un vuelo antes de despegar. La presentadora se convirtió en noticia por generar "un importante alboroto" al ser denegada a acceder al aparato ya que el tamaño de su maleta excedía los límites, según se aseguraron medios hispanoamericanos, aunque la protagonista negó que eso sucediese de tal manera. 

La periodista también vio cómo se le retiraba uno de los títulos académicos que ostentaba. La decisión fue quitarle el Doctorado Honoris Causa que le había otorgado el Claustro Académico Universitario y el Centro Universitario Inglés de México "Ella produce en su programa anti-valores, resalta la agresividad y eso está en contra para tomarse en cuenta para un reconocimiento de Honoris Causa que no está avalado por la Secretaría de Educación. No podemos caer en cartones falsos", explicó Francisco Javier García, miembro del Consejo Doctoral.

Otro de los asuntos más polémicos de su carrera tiene que ver con la "utilización" de niños en sus programas. Angélica de la Peña Gómez, miembro en ese momento del Partido de la Revolución Democrática, aseguró que el programa presentado por Bozzo exponía diferentes historias que denigran y exponen tanto a menores como adolescentes, lo que suponía una violación a la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes según su valoración. De hecho, incluso se le abrió un expediente.

Por último hasta el momento, en agosto de 2021, un juez mexicano solicitó prisión preventiva por riesgo de fuga para la abogada de profesión a consecuencia de una supuesta deuda de 13 millones de pesos al ente de derecho público nacional, similar a nuestra Agencia Tributaria. El quid del asunto tenía que ver con la venta de un inmueble que estaba embargado por el Servicio de Administración Tributaria (SAT). En 2022 acabó huyendo del país, aunque finalmente terminó pagando su deuda.