Después de unas pruebas de laboratorio, han averiguado qué padece un hombre de 64 años, vecino de O Porriño, después de una larga lucha contra el cáncer, dos autotransplantes de médula. Al final, la causa de sus fiebres altas e intensos dolores era un parásito de la malaria, enfermedad originaria de países tropicales que se transmite por la picadura de un mosquito.

José Miguel Rubio, responsable de malaria del Centro Nacional de Microbiología, le admite al diario El País que esto “fue algo insólito”. “La enfermedad está erradicada en España desde hace medio siglo y los casos que vemos son en personas que regresan de países tropicales. Pero este paciente no había viajado y hubo que investigar vías de infección alternativas”, explica. “Al final fueron todas descartadas menos la transmisión hospitalaria. El paciente había coincidido en un espacio de urgencias con otro caso de malaria”, concluye.

Un reciente informe del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) contempla la vía hospitalaria como la “más probable de transmisión”. Aunque el hospital implicado, el Álvaro Cunqueiro de Vigo, rechaza esta opción. “Las pruebas genéticas no han sido concluyentes”, explica Víctor del Campo, jefe de Medicina Preventiva, y continúa diciendo que ellos trabajan “con evidencias” y que “cada año hacemos 25.000 análisis por sospecha de infección hospitalaria. Un 10% son positivos y este no lo fue”.

En el informe del ECDC se recogen más casos parecidos en Europa entre 2016 y 2018, uno de ellos en el Hospital de Móstoles en 2018, y destacan lo difícil que es determinar la vía exacta por la que el parásito pasa de un paciente a otro. También dice que están “descartadas otras opciones” y teniendo en cuenta otras variables, como que el paciente no haya salido del hospital o que haya coincidido con otro enfermo de malaria, está cada vez más claro que la causa fue “el contacto accidental con sangre infectada”.

Para Rubio “el parásito implicado, el P falciparum, tiene una gran capacidad para sobrevivir en restos de sangre seca en instrumental indebidamente esterilizado”. En cuanto a las pruebas genéticas, ha aclarado que “no fueron concluyentes por un problema con las muestras, de las que no fue posible obtener suficiente material genético”.

El hospital Álvaro Cunqueiro, con gestión mixta público-privada, no notificó en su día de este caso de contagio. El que era presidente del área sanitaria de Vigo por CC OO, Ángel Cameselle, ha declarado que “es la primera noticia” que tiene. Además, recuerda que este contagio se produjo en unos “meses muy convulsos”. “La Xunta decidió adelantas la apertura del hospital en contra del criterio de los trabajadores y buena parte de la ciudadanía. Había servicios como el de esterilización que no estaban a punto, lo que obligó a suspender muchas intervenciones y actos médicos porque el instrumental no llegaba o los profesionales consideraban que no estaba en buenas condiciones”, recalca Cameselle.