El exconcejal del Ayuntamiento de Ponferrada y exlíder de Coalición por el Bierzo, Pedro Muñoz, se sienta desde este lunes en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de León por propinar presuntamente una brutal paliza y arrojar por la terraza de su domicilio en Toreno a su exmujer y compañera de partido, la abogada Raquel Díaz, que quedó tetrapléjica. La jornada ha comenzado con el testimonio del acusado, de la víctima y de otro testigo -la hija de Díaz-, resaltando el relato de Díaz contando el infierno que sufrió durante su relación con Muñoz.

Este señor me ha roto la vida”, ha afirmado Raquel Díaz, de 47 años, ante la Audiencia Provincial de León para dar paso al relato de vejaciones, palizas y violaciones a las que estuvo sometida por su marido durante los cuatro años que duró su relación, hasta la noche del 28 de febrero de 2020, cuando intentó matarla y la arrojó por el balcón para después apalearla.

“Me rompió la columna por tres sitios” en una brutal agresión que, tal como ha explicado, comenzó “como siempre”, con él agarrándola por el cuello. No obstante, ese día fue mucho más allá, ya que intentó matarla porque estaba haciendo las maletas para dejarlo definitivamente. Así, ha contado que la sacó a la terraza del dormitorio que compartían en la casa de Toreno, la alzó sobre la barandilla y la lanzó contra el suelo. “Zorra. Hija de puta. ¿Te has muerto ya? ¿Te has enterado de que la única forma de librarte de mi es muerta?”, ha dicho que le dijo cuando se acercó a su cuerpo inmóvil después de arrojarla por el balcón.

Después, al comprobar que seguía viva, trató de rematarla “con un palo”, dándole golpes en la cabeza, los brazos, las piernas y las costillas, llegando a dispararla en el abdomen “con una pistola de perdigones que tenía para los pájaros”. A continuación, decidió dar marcha atrás y llamó al Servicio de Emergencias 112 de Castilla y León para pedir ayuda asegurando que su mujer se había caído y que “tenía pulso pero no reaccionaba”.

Me dieron por muerta en dos hospitales”, ha afirmado Díaz. Primero en el Hospital de El Bierzo de Ponferrada al que la trasladaron los servicios de emergencias y después en el Hospital de León al que la derivaron inmediatamente después al darle una vista de gravedad a las lesiones que sufría y que “no eran compatibles con una caída”. “El diagnóstico es que me iba a quedar tetrapléjica”, ha dicho, y hoy Raquel Díaz es parapléjica y vive postrada en una silla de ruedas, recibiendo atención en centros de dependientes, tras la brutal agresión de su exmarido.

Asimismo, la abogada ha narrado a los magistrados de la Audiencia Provincial que vivió “en una falacia, con un psicópata narcisista” del que se había enamorado. También ha comentado que la relación con Pedro Muñoz fue tóxica desde el primer momento, ya que la controlaba, la vejaba continuamente y la convirtió en una persona dependiente de él emocional, profesional y económicamente.

“Me daba puñetazos con unos guantes en las piernas y los brazos y cuando me cogía del cuello lo tapaba con maquillaje”, ha relatado, explicando que Muñoz “sabía” como pegarle y ella disimulaba las consecuencias después. Además, también le daba golpes en el abdomen si tenía dolor de estómago o en los pechos en los días del periodo menstrual.

Sin olvidar el maltrato psicológico y físico, Pedro Muñoz también intentó aislar socialmente a Raquel Díaz: “Me prohibió ir al gimnasio, solo podía entrenar si entrenaba con él, no me dejaba ir al físio, quedar con mis amigas o mi familia. Todo, todo”.

Estas declaraciones las ha hecho en la primera sesión del juicio, que ha durado siete largas y duras horas de testimonios con las que ha quedado reflejado el maltrato continuado que Pedro Muñoz ejerció sobre su mujer y por el que el Ministerio Fiscal le pide una condena de 18 años y nueve meses de prisión, la prohibición de acercarse a la víctima o comunicarse con ella por cualquier vía durante 42 años y medio, la prohibición de tener armas durante 16 años, una indemnización para su exesposa que supera el millón de euros, las costas del proceso judicial y 74.000 euros para Sacyl y otros 48.000 para el hospital de parapléjicos de Toledo por la asistencia sanitaria prestada a la víctima.

Se espera que la última sesión de conclusiones tenga lugar el jueves 21 de diciembre, momento hasta el que pasarán por delante del tribunal un total de 25 testigos entre los que hay policías municipales de Ponferrada, 16 testigos o peritos entre los que hay médicos y agentes de la Guardia Civil y 16 peritos, entre ellos forenses y psicólogos.