El 27 de mayo de 2020 la vida de la abogada berciana Raquel Díaz cambió para siempre. Fue ingresada en el Hospital de León en estado muy grave, fruto de una presunta brutal agresión de su marido, el exalcalde de Toreno (León) y entonces portavoz de Coalición por El Bierzo y concejal en el Ayuntamiento de Ponferrada, Pedro Muñoz.

Pese a que fue el propio Muñoz quien alertó a los servicios de emergencia, alegando que su mujer habría sufrido un “accidente mientras intentaba coger al gato” –su versión de los hechos ha ido cambiando con el paso del tiempo-, tan solo cinco días después de los hechos fue detenido. Un día más tarde, fue enviado a prisión sin fianza.

Meses después de este suceso, Raquel Díaz, postrada para siempre en una silla de ruedas y con graves daños neurológicos, prestó declaración y aseguró que Muñoz y ella discutieron ese día y que acabó “como siempre, a palos”. En concreto, la abogada de 46 años denunció que su entonces marido le arrojó desde el tejado de su casa y luego la arrastró de nuevo al interior.

Tras la declaración de Raquel, la Policía rastreó minuciosamente el inmueble donde sucedieron los hechos, encontrando restos de ADN que coincidían con la versión de los hechos. Sin embargo, tal y como apunta ‘Leon Noticias’, el pasado 25 de mayo Muñoz fue puesto en libertad, a la espera de un nuevo juicio –el plazo máximo de prisión preventiva es de dos años-.

¿Y qué fue lo primero que hizo una vez que salió de la cárcel? Romper el dispositivo de geolocalización y viajar hasta la vivienda de Toreno en la que aquella fatídica noche del 27 de mayo de 2020 la vida de Raquel se torció. Esto llevó a que la víctima tuviera que ser trasladada (no es la primera vez) a una nueva residencia con el objetivo de proteger su seguridad, generando una gran ola de indignación entre la familia,  que no da crédito a los retrasos que acumula la Justicia en este caso –de momento sigue sin haber fecha para que se emita un veredicto final sobre lo que ocurrió aquella noche-.

Pero, por si esto fuera poco, el calvario de Raquel no acaba ahí. A la constante inseguridad de la abogada berciana, hay que sumarle los costosos cuidados que necesita –según el citado medio necesita alrededor de 4.000 euros para poder pagar todos los cuidados que requiere, especialmente en el terreno neurológico-.

Muñoz intentó donar todos sus bienes para no hacerse cargo de sus responsabilidades

Por otra parte, cabe destacar que Muñoz tiene otro procedimiento judicial en su contra, que también sigue sin resolverse. El expolítico está acusado también de un delito de insolvencia punible, debido a que pocos meses después de entrar en prisión intentó hacer una maniobra fiscal para donar todos sus bienes a dos hijos suyos (frutos de otro matrimonio) y sortear así las responsabilidades civiles que tendría si finalmente es condenado.

Sin embargo, antes de que Muñoz lograra salirse con la suya, la Justicia embargó sus pertenencias de forma preventiva.

Por último, a toda esta historia hay que sumarle que, antes de que Muñoz saliera de prisión el pasado mes de mayo, la justicia había rechazado hasta en siete ocasiones su puesta en libertad, alegando que existía “riesgo de fuga y de destrucción de pruebas”.