La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha logrado un hito histórico, pues ha llegado a un acuerdo de conformidad con los acusados del grupo terrorista Resistencia Galega por el cual, sus líderes Antón García Matos y Asunción Losada Camba, han asumido que pertenecían a la banda armada en el acto del juicio oral. Además, y pese a la conformidad, el fiscal ha conseguido que los principales procesados acepten penas de hasta 28 años de cárcel. Los acusados, cuatro en total, han asumido los delitos de integración en banda terrorista y fabricación, tráfico y suministro de aparatos explosivos con finalidad terrorista.

Sin embargo, uno de ellos, en el turno de última palabra ha dicho: "Pese a aceptar, no nos define el adjetivo de terroristas sino el adjetivo de amor, de amor de cara a Galicia que está en peligro de extinción". El acusado ha dicho esto, pero no ha hecho referencia a la carta bomba que encontraron en poder de los acusados, y por la que se han sentado en el banquillo.

Según el escrito de calificación, asumido por los imputados, la organización denominada “Resistencia Galega”, es una organización terrorista cuyo objetivo es lograr la independencia del territorio histórico de Galicia respecto de España y una parte del norte de Portugal, "subvirtiendo para ello el orden constitucional en dicha Comunidad Autónoma, a fin de  establecer unas señas de identidad gallega y la defensa de la tierra y del medio ambiente, para lo cual se justifica el empleo de la violencia contra las personas y los bienes como único medio de lograr sus propósitos".

Los acusados que dirigían la organización, Antón García Matos y Asunción Losada Camba huyeron y se refugiarion en Portugal, tras una primera operación porlicial, "desde donde han seguido desarrollando sus ilícitas actividades proporcionando tanto instrucciones como material y artefactos explosivos a los integrantes de la misma en España, hechos respecto de los que se siguen procedimientos independientes".

Para poder contactar y comunicarse con el resto de la organización, García Matos y Losada Camba se valían de otros integrantes de la misma por medio de los cuales "proporcionaban tanto los artefactos explosivos con los que atentar como documentación de identidad falsificada. Dicho medio era también el empleado por los dirigentes en la clandestinidad para poder comunicarse con sus familiares".