La dimisión del presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, ha abierto en canal al órgano de Gobierno de los jueces donde, según las fuentes consultadas por ElPlural.com, se ha instaurado un clima de desconcierto y dudas que nadie sabe, a ciencia cierta, cómo resolver. Las fuentes consultadas explican que el propio Lesmes ha “dejado caer” que si llega a saber que había posibilidad de renovación no hubiera presentado la renuncia pero que, al mismo tiempo, sabe que esa posibilidad se ha hecho efectiva precisamente por su dimisión. Pero las dudas son muchas, empezando por la evidente: no saben quién estará como sustituto de Lesmes.

El otro problema que ha surgido es que, aunque su cese aún no ha sido anunciado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), el propio Lesmes se “da por dimitido” y ya no “firma nada”. Es más, la dimisión no se hace efectiva hasta las doce de la noche del día de publicación en el BOE, por lo que, si se publica el 13, como temen en el consejo, el todavía presidente debería acudir a los actos del 12 de octubre, algo que no quiere hacer. Y la duda ha surgido en quién será la persona que deberá acudir al acto si Lesmes se excusa.

La presidencia

La siguiente piedra en el camino no es nada baladí, pues nadie tiene claro quién será la persona encargada de sustituir a Carlos Lesmes al frente del CGPJ y del Supremo. Un informe encargado por el propio Lesmes al consejo aseveraba que su sustituto debería ser el magistrado del Supremo Francisco Marín Castany.

Sin embargo, los vocales del CGPJ no están de acuerdo con ese informe y creen que, al frente del consejo debería estar el vocal más antiguo, en este caso el progresista Rafael Mozo. Y así se lo ha hecho saber el bloque progresista a Lesmes. Los conservadores no han hablado de nombres, pero también han mostrado su desacuerdo ante la posible entrada de Marían castany. Todos afirman que el presidente del CGPJ debe ser votado internamente por los vocales.

Es más, las fuentes dan por hecho que será Mozo quien presida el pleno extraordinario convocado para el día 13. Un pleno donde, a petición de los vocales Álvaro Cuesta, Rafael Mozo, Concepción Sáez, Pilar Sepúlveda, Enrique Lucas, Clara Martínez de Careaga y Roser Bach, se ha incluido un punto sobre “valoración -y, en su caso, decisiones que legalmente procedan- del Pleno tras el cese del presidente del Consejo General del Poder Judicial”.

En una mañana de locos, donde Lesmes ha comunicado su renuncia a todos los poderes del Estado, también se ha reunido con la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo.

En el acuerdo de dicha Sala, los magistrados se ha mostrado especialmente contundentes afirmando: “El incumplimiento ya por casi cuatro años por el Congreso de los Diputados y por el Senado de su obligación de designar los vocales del Consejo General del Poder Judicial que ha de sustituir al formado en 2013 y la imposibilidad de que mientras tanto este último efectúe nombramientos discrecionales, no sólo están llevando en particular al Tribunal Supremo a una situación límite, sino que están suponiendo, además la deslegitimación del propio Consejo General del Poder Judicial, perjudican la imagen del Poder Judicial y afectan gravemente a la misma Constitución. Por tanto, requiere que se ponga fin de inmediato a este desastre institucional.”

La crisis institucional generada por la dimisión de Carlos Lesmes es más que evidente, pues ha llevado a que el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, a mantener una reunión de tres horas que ha versado, única y exclusivamente, sobre la renovación del CGPJ, que lleva casi cuatro años en funciones. Pero la realidad es que, por mucho que hayan dicho que hay avances, de momento, no hay consenso y el consejo sigue sin renovarse y descabezado desde el domingo.