El día que en el Congreso de los Diputados se debate el cambio en el artículo 49 de la Constitución para eliminar el término "disminuido" de la Carta Magna y cambiarlo por el de "personas con discapacidad", un hombre ha aceptado en Valencia, tras alcanzar un acuerdo con la fiscal delegada de Delitos de Odio Susana Gisbert, seis meses de prisión por un delito de odio; dos delitos leves de lesiones; y un delito leve de amenazas continuadas tras llamar en diversas ocasiones a un vendedor de cupones de la Once: "Mantenido, paralítico de mierda", al cual también agredió.

Además de los seis meses de prisión por el delito del odio, el hombre ha aceptado seis meses prisión otros seis multa con cuota diaria de 4 euros por el delito de odio, un mes de multa a 4 euros por el delito de amenazas continuadas así como seis meses de alejamiento y otros dos meses de multa con la misma cuota y el mismo alejamiento por cada delito de lesiones leves. La Fiscalía ha firmado la suspensión de la pena condicionada al pago de las multas así como a que el hombre realice un curso de igualdad.

En cuanto a los hechos, los mismos sucedieron entre abril y mayo de 2022 en un restaurante del municipio de L'Olleria donde la víctima vendía los cupones. Según la calificación fiscal, ahora aceptada por el acusado, le pidió dos cupones a la víctima y le dijo que se los pagaría después de tomarse un café. Sin embargo, se marchó del restaurante sin abonarlos, por lo que el trabajador de la Once le reclamó el dinero.

Insultos y agresiones

Fue entonces cuando el ahora condenado, el lugar de pagar le espetó: "Vete a tomar por culo, puto paralítico". En días posteriores, y tras una discusión entre ambos, el hombre se "abalanzó" sobre la víctima mientras le gritaba: "Puto paralítico, tú y todos los que son como tú tenía que mataros, a todos los paralíticos de la ONCE, mantenidos, paralítico de mierda que tenemos que pagar con los impuestos. Tranquilo que tú caes, voy a ir a por mi escopeta y te voy a matar". Es más, otro día en la puerta del restaurante se dirigió a la víctima, le dio un manotazo mientras le decía: "Ahora que no están los picoletos te vas a enterar".

Como consecuencia de estos hechos, explicaba Gisbert, la víctima, que tenía 55 años en el momento de los hechos, "el 26 de septiembre sufrió lesiones consistentes en crisis de ansiedad, episodio que se repitió días posteriores. Todo ello le generó una situación de desasosiego y temor que le llevó a denunciar los hechos en junio de 2022 y julio del mismo ejercicio".

Tanto fue así que, el juzgado dictó una medida cautelar por la que prohibía al acusado aproximarse a menos de 200 metros respecto a la víctima o ponerse en contacto con ella. Una orden que se ha mantenido hasta el día del juicio y que ahora se extenderá durante la condena.