Si hay una fiesta que aúna lo mejor del Día del Libro con uno de las jornadas más románticas del mundo, el día de los enamorados, es la festividad de Sant Jordi, que como cada año cae el 23 de abril. Se trata de una joranda en la que ser regala una rosa roja -costumbre que se remonta al siglo XV- o un libro a un ser querido. Hasta hace no mucho, la tradición marcaba que los hombres entregaban la flor a su pareja y ellas correspondían con un libro, pero en la actualidad esta costumbre ha evolucionado y ambos reciben indistintamente rosas o libros.

El Día de Sant Jordi es una jornada para celebrar la cultura y la identidad catalanas, donde autores locales presentan sus obras y se organizan actividades literarias y culturales en todo el país. Librerías y editoriales suelen celebrar firmas y encuentros con autores, de manera que los lectores pueden aprovechar a la oportunidad para conocer en persona a sus autores favoritos. Es una fiesta muy arraigada en la cultura catalana en general y, sobre todo, en la ciudad de Barcelona en particular. No en vano, es habitual que las calles de la ciudad condal se llenen de vendedores de rosas y puestos de libros (en algunos de los cuales te podrás encontrar a tu autor o autora de tu libro favorito firmando ejemplares).

Pero no solo eso, igualmente se suelen realizar decenas de actividades en directo, y otras muchas actividades al aire libre. Todo ello en virtud de una tradición con muchos siglos de historia de la que ahora te vamos a revelar en profundidad. 

¿Quién fue Sant Jordi?

El origen de esta fiesta es una mezcla de distintas tradiciones. La más importante, es, sin duda, la del propio Sant Jordi, patrón de Cataluña y de muchas otras regiones, que fue un militar romano del siglo IV que fue martirizado y decapitado por negarse a perseguir a los cristianos. Por ello fue apresado y martirizado por ello y, años después de su muerte, fue considerado santo. 

Por otro lado, tenemos la leyenda de San Jorge, que habla de un caballero que se enfrentó a un dragón que amenazaba al reino. Los habitantes entregaban cada día dos corderos para saciar su hambre, hasta que estos animales escasearon. Entonces decidieron echar a suerte a qué persona sacrificar cada día hasta que llegó el turno de la princesa. El caballero San Jorge la rescató de la cueva del dragón, al que dio muerte. El rey lo agradeció dándole a San Jorge muchas riquezas, pero éste pidió que se repartieran entre los habitantes del reino.

¿Por qué se regalan rosas?

Algunas versiones relacionan la tradición de la rosa con la misa oficiada en la capilla de Sant Jordi, en el siglo XV, en la entonces Diputación del General de Cataluña, una homilía a la que asistía la aristocracia catalana y en la que era costumbre que a las mujeres que asistían se les regalara una rosa. La tradición se ha mantenido y extendido a lo largo de los siglos y ahora el regalo se hace a cualquier ser querido, familiar, enamorado, amigo o compañero de trabajo.

¿Y los libros?

La tradición de regalar libros no es una tradición tan centenaria como la de las rosas; de hecho, su origen se remonta a principios del siglo pasado, concretamente en los años 20. Fue en ese momento cuando un escritor valenciano, Vicent Clavel i Andrés, que en aquel entonces era director de la editorial Cervantes, tuvo la idea de organizar un Día del Libro propio en Cataluña y trasladó dicha propuesta a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona y al Gremio de Editores y Libreros, entidades que aceptaron dicha proposición y emplazaron celebrar esta primera fiesta el 7 de octubre de 1927.

Unos años más tarde, en 1929, cuando se celebraba la Exposición Internacional de Barcelona, los libreros aprovecharon el momento para sacar los libros a la calle y montaron casetas para mostrar y vender sus libros, aprovechando que muchas personas llegaban a la ciudad condal para visitar dicha exposición. La iniciativa tuvo mucho éxito; sin embargo, decidieron trasladar la idea de sacar las casetas a la calle para el día 23 de abril, coincidiendo con el día del Libro y Sant Jordi. Todo ello ha permitido a la sociedad catalana sensibilizar sobre la importancia de los libros.