La pasión por los libros va más allá de las páginas, algo que han demostrado los lectores de la Librería Caótica que, ante una llamada de auxilio, han estrechado lazos y unido fuerzas para evitar que uno de los referentes culturales más queridos de Sevilla cierre sus puertas.

El pasado 2 de agosto, los fundadores de la librería dieron a conocer a sus lectores y socios a través de un comunicado su situación económica: un aviso de desahucio por impago de tres meses del alquiler del local les obligaba a echar el cierre de forma definitiva. De este modo, y a través de la campaña de crowfunding La niña buzo no se rinde, han conseguido movilizar a clientes, vecinos y amantes de la cultura de toda España para salvar su proyecto.

 

“Desde un primer momento, no nos convenció hacer pública nuestra situación porque nos daba bastante pudor, pero como suponía el cierre de la librería antes de que terminara el mes de agosto, muchas personas cercanas nos instaron a hacer la campaña antes de vernos cerrados en silencio. Antes de que volviesen los vecinos de vacaciones, Caótica ya habría estado cerrada”, explica Maite Aragón, una de las fundadoras, en conversaciones con ElPlural.com.

La Extra Vagante, el proyecto que mató la gentrificación

Cabe destacar que a Caótica le precede un proyecto anterior: La Extra Vagante, que sufrió una situación similar al verse abocada al cierre por la presión inmobiliaria: “Nos echaron del local, fue una situación clara de gentrificación. Unos hosteleros se interesaron por él y estaban dispuestos a pagar el doble, incluso el triple, lo que nosotros no podíamos pagar. Al principio pensábamos que éramos lo suficientemente fuertes como para resistir la presión, pero no fuimos capaces, nos fueron mermando psicológicamente hasta que decidimos que habían ganado y nos fuimos”, recuerda la portavoz de la librería.

Este caso no es aislado, de hecho, parte de la responsabilidad recae en las instituciones, que tienen el poder para conceder una base económica más sólida para estos centros, aunque Maite Aragón también pone el acento en los desajustes del mercado del alquiler: “Lo que vemos pendiente es que las instituciones públicas pudieran adquirir locales para conceder o dar en régimen de alquiler a los comercios que se considerarán en signos de protección, en este caso las librerías, un régimen de alquiler mucho más favorable. Eso sería una de las maneras de apoyar a las librerías independientes”, defiende.

Subvención del Ayuntamiento

Por otro lado, la situación económica de Caótica también se ha visto gravemente afectada al no recibir a tiempo la subvención prometida por el Ayuntamiento de Sevilla, la cual se había concedido en 2020 pero, hasta día de hoy, no ha llegado a las instituciones culturales solicitantes. “No somos la única librería que lo espera, y ni siquiera los únicos agentes culturales: son unas subvenciones muy interesantes porque se destinan a espacios culturales, teatros o galerías de arte, librerías y salas de conciertos, y proyectos e iniciativas culturales”, asegura Aragón que, a su vez, detalla que su caso está estacando en el último paso del proceso.

En la misma línea, desde Caótica hacen énfasis en la queja colectiva que esgrime el sector: “Por un lado, es una magnífica línea de subvenciones para la cultura; pero por otro se convierte en un suplicio porque llega dos años tarde. Confiábamos en que las subvenciones atrasadas llegarían y es justo o que necesitamos para que el proyecto sea viable y sostenible”, continúa.

A pesar del escenario actual, desde la librería aseguran a este medio que el Ayuntamiento sí se ha puesto en contacto con ellos para conocer de cerca cómo se encuentra, aunque les informan de que aún no han logrado “desbloquear” el proceso para que se dé luz verde a la concesión.

Impulso de una ley para librerías independientes

Desde el punto de vista político, el cambio primordial tendría que venir de una reestructuración de la Ley de la Lectura, del Libro y de las Bibliotecas de 2007, ya que desde las librerías independientes consideran que está “desactualizada”: “Hay cosas que revisar, como que las grandes editoriales tengan su catálogo en línea y venden sin gastos de envío. En esta ley se deben incluir cláusulas de protección al tejido de librerías independientes para que podamos seguir enriqueciendo y conectar con la vida cultural, los barrios y los centros de la ciudad”, defiende Caótica.

Por este motivo, reivindican la protección de estos espacios culturales porque “enriquecen la vida de los barrios”: “Si las grandes editoriales siguen vendiendo en internet, achicarán la cuota de mercado y haciendo que este quede cada vez más pequeño para los libreros independientes, que tenemos que hacer frente a una serie de gastos que ellos no tienen”, prosigue.

No obstante, la portavoz de la librería entiende que no pueden competir con la rapidez de estas compañías pero que, frente a ello, tienen un valor mayor: “Nuestra manera de dar el servicio es la calidad, la cercanía y la vocación. A las librerías independientes les ha costado más caro, hemos ganado menos y hemos tenido menos margen de ese mismo incremento de las ventas”, evidencia.

Clientes en la librería Caótica. Imagen cedida por la librería.

Clientes en la librería Caótica. Imagen cedida por la librería. 

El apoyo colectivo hace realidad el milagro

Gracias a la inmensa repercusión que han tenido en redes sociales y las continuas ayudas económicas que han estado recibiendo, Caótica calcula que “pasado este fin de semana” habrán llegado “al total” de lo que necesitan para llevar al juzgado el total del importe de la demanda de desahucio presentada por la propiedad.

Ha sido abrumador y maravilloso ver que Caótica está en el corazón de la gente. Es muy gratificante ver cómo este proyecto cultural y humano es valorado”, subraya Aragón ante las emotivas muestras de apoyo vertidas en las redes sociales.

En los últimos días, no solo lectores anónimos se han unido a la campaña para sacar a flote el espacio literario, sino que también algunos rostros conocidos del ámbito político y mediático han querido poner su granito de arena a la causa. Destaca así la implicación de Francisco José González, mítico concursante de Pasapalabra, que realzó a través de Twitter la labor de Caótica, “que es algo más que una librería”. “Es un lugar acogedor con gente encantadora que irradia hospitalidad, amabilidad, buen rollo y cultura por los cuatro costados”, de este modo, invitó a sus seguidores a comprar por la tienda online para, de otra forma, seguir apoyando al comercio.

 

Gracias a este impulso, los fundadores de la librería también podrán dar cabida a otras iniciativas que llevaban tiempo fraguándose pero que, por culpa de la pandemia de coronavirus y, ahora, de la demanda de desahucio, les ha cortado las alas. Uniéndose a Vicentina Café, impulsando más clubes de lecturas en varios idiomas -inglés, francés y portugués- y espacios más amplios para el cómic, Caótica sufrirá un giro de 180 grados hacia la sostenibilidad. “Una vez que podamos recuperar nuestro contrato de alquiler, queda continuar con la plataforma de crowdfunding para seguir recaudando fondos, ya que ello conlleva una inversión, pero será a partir de septiembre”, remarca Aragón.