El cohousing es un fenómeno que poco a poco está ganando peso en el mercado residencial como una alternativa a las viviendas tradicionales. Se basa en la compaginación de espacios privados en los inmuebles con amplias zonas comunes para potenciar el consumo colaborativo entre los vecinos.

Hay diferentes modalidades. Por ejemplo, en entornos rurales se están buscando interesados para entrar en una cooperativa para iniciar un proyecto nuevo o en inmuebles ya construidos, con precios desde los 99.000 euros. En grandes ciudades como Madrid y Barcelona hay proyectos similares, aunque se acercan más al modelo de coliving, ya que son desarrollos promovidos por terceros que tienen inmuebles a la venta. Los precios de partida aquí rondan los 200.000 euros.

Qué significa cohousing

El cohousing o vivienda colaborativa es un modelo de vivienda social asequible que ha nacido como respuesta a la dificultad que tienen numerosos colectivos de la sociedad para acceder al mercado tradicional de la vivienda, tanto a través del alquiler como de la compra.

Es un modelo que establece la unión de un grupo de personas para diseñar sus casas a su medida, compartiendo los espacios y servicios comunes. En resumen, el cohousing está basado en el consumo colaborativo y, a diferencia con las urbanizaciones, en este caso se reducen los espacios privados para potenciar los comunes.

Para encontrar su origen de este fenómeno hay que retrotraerse hasta los años 60 en Dinamarca, donde surgió el modelo Andel, una comunidad de individuos que convivía en un conjunto residencial bajo la fórmula de cooperativa. Posteriormente se extendió a otros países del norte de Europa y a Estados Unidos, que fue donde los arquitectos Kathryn Mc Camant y Charles Durrett le pusieron nombre.

Cómo funciona

Funciona como una cooperativa basada en un régimen de cesión de derecho de uso de la vivienda. La diferencia con la cooperativa de viviendas convencional es que aquí la propiedad de los inmuebles es de la cooperativa y los socios solo tienen el uso indefinido de ellos.

Los residentes pagan una cantidad de dinero para entrar en la cooperativa y una renta mensual para contribuir a los gastos. Y los miembros participan en la planificación y diseño de las viviendas y de los servicios comunes.

Normalmente, el conjunto residencial está dividido en viviendas unifamiliares agrupadas en una calle o terreno, como una urbanización, donde todos los vecinos comparten zonas y servicios definidos previamente. Así, las viviendas privadas suelen contar con las estancias básicas, como habitaciones, baño, cocina y salón, y las zonas comunes incluyen salas para hacer comidas o reuniones, salas de estudio, de juego, de televisión, lavandería…

Ventajas que ofrece el cohousing

Para que el cohousing funcione tiene que haber un fuerte sentido comunitario, por eso tiene que crearse con personas afines con la misma filosofía de vida. Entre sus principales ventajas está el precio asequible, que es más tradicional al que hay que dar por una vivienda tradicional pese al desembolso que hay que hacer para entrar en el proyecto; son viviendas sostenibles, diseñadas para reducir el consumo energético y desarrollar un modelo eficiente y sostenible; evitan el aislamiento social, con especial relevancia en las personas mayores y como alternativa a los geriátricos; no se necesita hipoteca para usar la casa, lo que facilita el acceso a la vivienda a personas con pocos recursos; y es una inversión recuperable, ya que si decides abandonar la cooperativa recuperas la inversión inicial.

Entre sus inconvenientes destaca que puede llevar varios años la realización de los proyectos, hay que buscar financiación, hay pocos proyectos disponibles y exige un estudio de perfiles para buscar personas similares.

La idea del Gobierno

El Gobierno aprobará el próximo martes en el Consejo de Ministros el Plan Estatal de Acceso a la Vivienda 2022-2025 y, entre otras medidas, está lo relativo a fomentar la vivienda colaborativa o cohousing, cuyo objetivo es potenciar un sistema de acceso a la vivienda basado en la posibilidad de que los ciudadanos puedan juntarse voluntariamente para compartir espacios comunes.

No tiene que ver con la idea de compartir un piso o vivir en una urbanización, sino que busca dar cabida a aquellos ciudadanos que comparten unos determinados intereses o preferencias de poder vivir en un mismo entorno.