La prisión de Alhaurín de la Torre, que sustituyó a la antigua Prisión Provincial de Málaga en el año 1992, cuenta con una población reclusa de 1129 internos e internas. Se trata de uno de los 14 centros penitenciarios españoles ubicados en la Andalucía y quinto más masificado de toda la comunidad autónoma

Con este alto número de presos, preventivos y penados, y teniendo en cuenta la diversidad de patologías de algunos de los reclusos, estos pueden ser considerados como población de alto riesgo ante la pandemia. En definitiva, para los internos el Covid-19 supone una doble amenaza en relación al resto de los ciudadanos, hecho este que ante la posibilidad de contagio también afectaría sensiblemente a los funcionarios y trabajadores del centro carcelario. Un preso tiene de por sí una cuarentena diaria por el cumplimiento de su condena en el centro penitenciario y la falta de libertad. Si lo unimos a esta situación excepcional, el resultado es más grave y estresante para un recluso.

Con estos antecedentes es normal que desde el Gobierno central y por los propios funcionarios y sanitarios de la prisión de Alhaurín de la Torre se estén realizando todos los esfuerzos posibles para evitar contagios y sus peligrosas consecuencias. Si compleja es labor de los funcionarios de prisiones en la normalidad cotidiana, imaginemos lo que supone inmersos en un escenario de estado de alarma y de crisis sanitaria a la par.

Ni un solo contagio entre 1129 reclusos

Y así ha sido de notable y encomiable trabajo de los profesionales de la prisión de Alhaurín de la Torre. A fecha de hoy no ha habido ni un solo contagiado en esta inmensa mole de pabellones y celdas con unos “huéspedes” carentes de libertad y muchos con largas condenas aun por cumplir. Ese estado “0 contagios” no es casual, se debe a una enorme y eficaz labor de quienes tienen a cargo la responsabilidad de gestionar el centro penitenciario, los funcionarios de prisiones, el personal sanitario y también, obviamente, la colaboración disciplinada de los presos. Al igual que el resto de españoles también los reclusos están cumpliendo las recomendaciones sanitarias y de prevención. Presos y condenados por la Justicia por delitos cometidos, son personas que cumplen sus penas en un establecimiento del Estado que persigue su rehabilitación y su posterior adaptación a la sociedad. Son humanos y lo demostraron ayer con este ejemplo que le narramos.

Pancarta de los presos de Alhaurín de la Torre a los funcionarios de prisiones

Un “GRACIAS” enorme

Y es que ayer  martes surgió un bello gesto de agradecimiento que, en momentos de tantas noticias negativas y dolorosas, al menos reconforta. Se trata de la “aparición” en una de las torres de la prisión de una gran pancarta realizada con sábanas por los propios reclusos en la que “muestran su agradecimiento” a quienes están cuidando y velando por su salud y seguridad. En concreto el texto dice “Los internos/as agradecen la lucha diaria contra el Covid19. Personal sanitario, funcionarios de prisiones, Guardia Civil, Policía, Fuerzas de Seguridad,  voluntarios, Gracias”. Con un gran lazo negro, un inmenso “GRACIAS” rubricado por “Módulo 13” y hasta el uso de lenguaje inclusivo, así reza la gran pancarta-sábana confeccionada por los internos e internas del Módulo 13, que han entregado al Director de la prisión y este ha permitido colgarlas. Un gesto bello y recíproco por lo que significa de lucha recíproca y diaria desde que comenzó la pandemia y que se materializa afortunadamente en que no haya habido ni un solo caso positivo de Coronavirus entre los 1129 reclusos.

¿Cómo se logra este resultado?

Según fuentes del sindicato Acaip-UGT representado por Antonio González, Secretario del Sector AGE y Postal en la provincia de Málaga de UGT, se trata de un trabajo intenso de los profesionales de la prisión en el que se adoptaron distintas medidas, y, porque además, se tuvo el acierto de que estas se tomaran a tiempo. Se suspendieron los “vis a vis”, las comunicaciones por cristales, los permisos, la entrada de voluntariado para evitar contagio entre otras acciones. Desde el Ministerio del Interior se ha autorizó el sistema de comunicación por videoconferencias para que los reclusos pudieran contactar con sus familias además de las llamadas telefónicas a las que tienen derecho semanalmente.

Antonio González, secretario de AGE de UGT Málaga

Otra medida acertada según Antonio González fue la de apostar por el control telemático de los internos del Centro de Inserción Social “Evaristo Martín Nieto” de Málaga, mediante pulseras y tobilleras, para reducir la población reclusa presencial en este centro carcelario de terceros grados. Así mismo considera encomiables el trabajo y el esfuerzo realizados por funcionarios de interior, oficinas, de tratamiento y, por supuesto, el personal sanitario de los tres centros penitenciarios de la provincia de Málaga: CP Alhaurín, CP Archidona y CIS Evaristo Martín Nieto. Ello, unido a la adopción de todas esas medidas y algunas más, ha hecho posible preservar a la población reclusa de contagios. De ahí el gesto de reconocimiento plasmado en unas sábanas con sencillos textos de agradecimiento. Gestos que reconfortan en estos duros momentos por parte de un eslabón débil de la cadena social.

Reivindicaciones de material preventivo

El dirigente sindical también tiene momento para la reivindicación y expresa su queja por la falta de medios, sobre todo en un primer momento de la crisis del coronavirus, como EPIs o mascarillas y denuncia la falta de tests masivos a los empleados públicos de las prisiones la provincia. Lamenta el contagio de tres funcionarios por coronavirus en la prisión de Archidona según fuentes de Instituciones Penitenciarias.