Este 14 de abril se cumplen 92 años de la declaración oficial de la Segunda República Española tras el fracaso de la dictadura de Primo de Rivera y la renuncia y marcha al exilio del rey de la Casa de Borbón, Alfonso XIII.

Después de que los Borbones tuvieran más críticas que nunca, los republicanos lograron vencer en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, algo que terminó obligando al monarca a abandonar el país, proclamando así la Segunda República.

A pesar de que el 14 de abril dio comienzo la nueva etapa y con una bandera nueva, la tricolor, que no fue aceptada por decreto hasta el 27 de abril de 1931.

"Hoy se pliega la bandera adoptada como nacional a mediados del siglo XIX. De ella se conservan los dos colores y se le añade un tercero, que la tradición admite por insignia de una región ilustre, nervio de la nacionalidad, con lo que el emblema de la República, así formado, resume más acertadamente la armonía de una gran España", aseguraba el decreto aprobado por el Gobierno provisional.

En esta Segunda República se muestra un cambio en los colores con respecto a la insignia de la Primera República de 1868. El principal color que fue cambiado fue una de las dos franjas rojas, siendo sustituida por una franja morada.

La elección del color morado se decidió tras adecuar el tono que representa Castilla, a pesar de que su tono era el carmesí y terminó derivando a lo largo de la historia hasta el morado, y que tanto los comuneros y el escudo del Reino de León utilizaban en sus principales insignias.

El rojo carmesí era el color tradicional de Castilla y el paso de la historia junto a la moda del púrpura que fue uno de los tonos más usados en la antigüedad terminó transformando tal insignia. Algo que los republicanos progresistas, conservadores y militares quisieron incluir en la bandera como ejemplo de la pluralidad que se encontraba en todos los pueblos españoles.

Asimismo, el cambio trajo consigo la confusión de los progresistas de comienzos del siglo XX , una confusión que puede venir de la época absolutista de Fernando VII, cuando aparecen los nuevos comuneros, quienes retoman la tradición y el espíritu progresista del grupo con el mismo nombre que se había fundado dos siglos atrás. En el siglo XVI, estos mismos alzaron una bandera como réplica a Carlos V, rebelión que fue idealizada como el origen del movimiento progresista y de la lucha contra los monarcas en nuestro país.

El 6 de mayo, 10 días después de aprobar la nueva insignia de la Segunda República, el Ejército republicano utilizó la bandera, pero con un cambio notorio, el mensaje que venía en ella. Junto al escudo y los colores rojo, amarillo y morado, aparecía las palabras: "ejército popular regular" y "44 división".

Cambio debatido

El cambio fue muy debatido en su día, dado que ni siquiera en la I República se modificaron los colores de la simbología de España. Con todo, varios grupos políticos ya usaban la tricolor décadas antes como alternativa a la bandera roja y amarilla, por lo que la II República heredó esta confusión histórica de los liberales de la época.