Las impresoras 3D han revolucionado diferentes ámbitos, desde la construcción de viviendas hasta el sector sanitario.

En este campo son varios los avances que se han logrado a través de esta tecnología.

Uno de ellos tiene que ver con la planificación de la cirugía mediante modelos que recrean de forma perfecta el órgano del paciente y su enfermedad.

El Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, cuenta, desde hace algo más de dos meses, con una Unidad de Planificación Quirúrgica 3D, basada, precisamente, en la creación de estos modelos médicos personalizados.

“Empleando los estudios de tomografías computarizadas y resonancias magnéticas, que se realizan al paciente, hacemos una representación más precisa y completa de la situación anatómica propia de cada patología, lo que permite optimizar la información para afrontar el procedimiento quirúrgico”, explica el Dr. Anthony Vizarreta Figueroa, jefe del Servicio de Radiodiagnóstico y responsable de la unidad.

Importantes ventajas

Este tipo de modelos presenta numerosas y claras ventajas, tanto para los profesionales como para quienes van a someterse a la operación.

“Nos permite manipular el modelo anatómico del paciente con su patología, podemos practicar qué tipo de abordaje llevar a cabo, así como las técnicas resectivas o de reconstrucción”, apunta este especialista.

Los pacientes a su vez, pueden interactuar con modelos de su propia anatomía, lo que permite también que comprendan mejor la información sobre su problema y cómo se va a llevar a cabo la cirugía.

A estas ventajas hay que añadir otras como las relacionadas con los tiempos quirúrgicos, que se reducen, la recuperación más rápida del paciente y la disminución de complicaciones y del tiempo de estancia en el hospital.

Enfoque multidisciplinar

La nueva unidad del Hospital Infanta Elena, que también da servicio a los otros tres centros integrados en su Departamento de Imagen Médica- los hospitales universitarios Fundación Jiménez Díaz, Rey Juan Carlos de Móstoles y General de Villalba-, tiene un enfoque multidisciplinar. “El objetivo es que cualquier facultativo del centro y cualquier especialidad pueda solicitar este tipo de planificación 3D”, recalca el Dr. Vizarreta.

Equipo cirugía 3D Hospital Infanta Elena

Y es que, aunque su uso es fundamentalmente quirúrgico, aplicable a campos como la Neurocirugía, la cirugía de columna, hepatobiliar y pancreática, pélvica y de recto, ginecológica, otorrinolaringológica, cardiovascular, urológica, maxilofacial, vascular, ortopédica y traumatológica, también puede emplearse en otras especialidades médicas, comités asistenciales, etc.

En general, la impresión 3D tiene un campo de acción muy importante y amplio. No obstante, presenta algunas desventajas para algunas especialidades quirúrgicas, como la poca reproducibilidad, la rigidez de los materiales, que no siempre reflejan la consistencia de los tejidos, el material de impresión, que en ocasiones no se puede esterilizar para uso en quirófano, o el elevado coste (mayor cuantas más copias se requieran).

Formato digital

Del mismo modo, se requiere de un espacio físico de importantes dimensiones para almacenar las piezas que se reconstruyen.
Frente a estos inconvenientes, la Unidad de este hospital madrileño, emplea, en la mayoría de los casos, el formato digital, de manera que la reconstrucción tridimensional se almacena y traslada en un archivo PDF.

Esto hace que se pueda reproducir y difundir fácilmente y que sea visible en cualquier ordenador, lo cual a su vez también facilita que se le pueda mostrar al paciente cuando se le ofrecen las correspondientes explicaciones.

Asimismo, emplear formato digital en lugar de imprimir todos los modelos reduce los tiempos de producción y los costes. “Se imprimen únicamente los modelos necesarios, como aquellos relacionados con guías de corte en traumatología y cirugía maxilofacial", precisa el Dr. Vizarreta.

Casos complejos

Desde su puesta en marcha, la unidad que dirige este radiólogo, junto al equipo de técnicos superiores en Diagnóstico por Imagen, formado por Rubén Aguilar y Ayla Yagüe, ha realizado más de medio centenar de planificaciones de estas características para los cuatro centros a los que presta servicio.

Algunas han sido especialmente difíciles, como el caso de un hombre que presentaba una fractura muy compleja del húmero como consecuencia de un accidente de tráfico sufrido hace diez años.

Desde entonces se había sometido a varias intervenciones en distintos hospitales, pero no se había conseguido consolidar los fragmentos óseos, y ahora el hueso presentaba "pseudoartrosis" por falta de flujo sanguíneo.

“Utilizando el modelo 3D y las guías de corte quirúrgico impresas en tres dimensiones, específicas y adaptadas a la anatomía del paciente, pudimos hacer una cirugía compleja de reconstrucción, resecando la parte del húmero afecto y aportando nuevo hueso sano”, relata el Dr. Alfonso Prada, especialista del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario General de Villalba.

En colaboración con el Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial de ese centro, así como del Infanta Elena y el Rey Juan Carlos, se planteó un abordaje poco convencional para reconstruir el hueso.

“Realizamos un trasplante utilizando el peroné del propio paciente para adaptarlo al defecto previamente planificado de hueso humeral”, concreta la Dra. Lorena Pingarrón, jefe del Servicio de Cirugía Maxilofacial.

“Fue una cirugía multidisciplinar en la que los doctores Paula Barba, Santos Crespo (especialistas del mismo servicio) y yo nos adaptamos a las necesidades que el Dr. Prada nos transmitió en su paciente para obtener, en conjunto, el mejor resultado funcional”, añade.

Gracias a la planificación milimétrica del defecto, el equipo pudo diseñar las guías de corte del peroné y el húmero y realizar un estudio tridimensional junto con los cirujanos para acoplar el trasplante de hueso de la pierna al brazo.

El resultado fue excelente. Según detallan los doctores Prada y Pingarrón, la cirugía transcurrió sin complicaciones y se hizo en menos tiempo del que requiere una intervención sin planificación tridimensional. El pacientes fue dado de alta solo cuatro días después de ser operado.