Las pistas de hielo se han convertido en una de las atracciones más atractivas y divertidas para disfrutar de estas fechas navideñas en familia, con amigos o en pareja. Por este motivo, la localidad de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) ha estrenado su pista de patinaje para estas fechas. Sin embargo, ha sido una instalación rodeada de polémica, ya que varias zonas de Cataluña se están viendo muy afectadas por la sequía.

Coincidiendo con el encendido de luces navideñas en el municipio, a la par se inauguró la pista de patinaje en la plaza Vuit de Març. Esta atracción cuenta con 360 metros cuadrados y necesita, para su correcto funcionamiento, unos 25.000 litros de agua, lo que supone un uso desproporcionado teniendo en cuenta que en la región las precipitaciones en los últimos meses han sido escasas, tal y como han denunciado los grupos ecologistas.

Sant Feliu de Llobregat es uno de los 202 municipios de Cataluña que ha decretado de manera preventiva el estado de preemergencia por el grave escenario que está dejando la sequía y la escasez de precipitaciones. Una medida que se traduce en medidas de calado que se contradicen con la instalación de la pista de hielo: la reducción de dotación máxima por habitante y día a los 210 litros de agua, así como sólo disponer del 40% de agua para usos lúdicos, la prohibición de llenar piscinas y el uso de agua para las fuentes urbanas.

La pista de patinaje en cuestión abrió sus puertas el pasado 1 de diciembre y se mantendrá disponible al público hasta el 7 de enero. Su mantenimiento correrá a cargo del Ayuntamiento y ha sido licitada por cerca de 48.500 euros, es decir, un coste de seis euros por cada media hora de uso.

Hielo sintético como alternativa más sostenible

Y es que el hecho de haber apostado por la alternativa más sostenible en esta localidad barcelonesa habría resultado incluso más eficaz, ya que existe un modelo de pistas de patinaje que no necesitan hielo, sino de un material sintético que hace el efecto del mismo. Consiste en unos paneles de polietileno que no precisan de agua ni de refrigerado, ya que no se deshacen con el calor. Este material resulta en la práctica más que útil puesto que permite con facilidad que los patines de cuchilla se deslicen sobre la pista, proporcionando así una sensación muy similar a la que produce el hielo. Sumando un dato más, por lo general, estas pistas de patinaje sintéticas tienen un coste incluso más barato que las que precisan de agua.

Esta es una medida que se ha adoptado en multitud de ocasiones en climas más cálidos y que, en el caso de Barcelona, ya lo instauró Ada Colau al comienzo de su mandato en el Ayuntamiento.

Más de 200 municipios catalanes en riesgo de sequía

El estado de los embalses de Cataluña es grave, con su capacidad a menos del 18%, cuando hace un año atrás estaban en el 32%, según recoge la Agencia Catalana del Agua. Así lo dio a conocer recientemente el Govern catalán ante el escenario que está dejando la escasez de precipitaciones en la región. “El momento es muy crítico, estamos en emergencia nacional, y lo que hacemos es adelantarnos, una vez más, haciendo un llamamiento a toda la ciudadanía, a las actividades económicas, a las entidades, a todo el mundo, para que nos pongamos todos en modo de emergencia”, señaló el Ejecutivo autonómica el pasado mes de noviembre.

Como medidas de prevención que ya se han puesto en práctica y que se entienden dentro del escenario de preemergencia, destacan la prohibición de regar zonas verdes y jardines públicos en el área urbana, además de la limpieza de calles, fachadas o alcantarillado con agua potable, bien sea de carácter público o privado. Un paquete de normas que afectan a 202 municipios de Barcelona, Tarragona y Girona.