Ciencia y periodismo, dos campos clave que, cuando colisionan, nacen informaciones científicas especializadas de gran relevancia, aún más en tiempos de crisis. La pandemia de coronavirus ha evidenciado que este tipo de comunicación es más que primordial en un sistema democrático. Sin embargo, y por culpa de la desinformación, la población ha ido perdiendo confianza, tanto en los medios de comunicación como en los expertos.

Esta sinopsis ha sido el eje central que se ha debatido este viernes en la Oficina del Parlamento Europeo en España en el seminario Periodismo científico y desinformación: un pulso por ganar la confianza del público, organizado por European Science-Media Hub.

“Combatir la desinformación con una buena comunicación científica es clave”, remarcaba al comienzo del acto la europarlamentaria Lina Gálvez para dar paso a las principales ponentes: Cary Funk, directora de investigación de ciencia y sociedad en el Centro de Investigación Pew; Sonia Contera, catedrática de Física Biológica en la Universidad de Oxford; Patricia Fernández de Lis, directora de Materia (El País); y Pampa García Molina, jefa de la agencia especializada en ciencia SINC.

Desinformación y brecha de confianza ciudadana

El periodista Michele Cantarazo explicaba que la desinformación golpea dos veces: una, “cuando alguien se cree un engaño”, aludiendo a los negacionismos relativos a la vacuna; la segunda, “cuando siente tanta desconfianza que no se cree nada”.

Con la pandemia como telón de fondo principal, las ponentes han destacado cómo se cubrió la crisis sanitaria a nivel mediático: “Cuando hay una emergencia es importante que a la gente le llegue la información por canales oficiales, por eso remarcamos la importancia de la confianza en la ciencia”, esgrimía Funk. En el mismo sentido, recordaba que las investigaciones científicas están en constante cambio y avance, de ahí la “confusión” de la población al conocer las distintas restricciones y reglas a seguir para evitar los contagios, así como los diferentes ensayos que se hicieron con las vacunas y su distribución en el mercado.

Por otro lado, la periodista de El País ensalzaba la labor de los medios especializados en desmentir los bulos y las informaciones falsas, una especialidad periodística que ha tomado mayor relevancia en crisis de este calibre, aunque también se han vivido momentos tediosos en los periódicos tradicionales: “En la pandemia hemos pasado más tiempo descartando información que publicando. (…) Se deben afrontar los hechos con honestidad. Hay tanta desinformación que es muy difícil para los periodistas estar desmintiendo constantemente”, aseguraba.

 

Importancia de la educación "científica y mediática"

En otro orden de ideas, en el seminario también se ha enfatizado en el papel que tiene la ciencia en la propia sociedad. “Los científicos queremos contribuir al proceso democrático positivo”, acentuaba Contera. Siguiendo la misma dirección, García Molina destacaba que el verdadero objetivo de la ciencia debe “ser útil, no estar en un pedestal”: “Durante décadas hemos tenido el vicio de informar científicamente de forma triunfalista”, decía.

Fernández de Lis hacía mella en la polarización política y cómo está ha influido en el tratamiento informativo de la pandemia y otras noticias científicas. “Cuando la ciencia se convierte en un arma lo empapa todo porque genera desconfianza en la población, las decisiones técnicas se han tomado como políticas”, rememoraba.

A modo de conclusión, las expertas han dado leves toques de cuales podrían ser las soluciones al problema, poniendo así el foco en el “diálogo social y la transparencia” para contrarrestar la falta de confianza popular, además de evidenciar que hay una carencia importante de “educación científica y mediática” en la población.