Menudo quilombo se ha organizado en torno a la Casa Real. En las últimas horas han trascendido hasta dos vídeos que evidencian la tensión entre la reina Letizia y su suegra, doña Sofía. En el primero de ellos intentaba evitar que se hiciera una foto con sus hijas, hasta el punto de que Leonor llega a quitarle la mano de su abuela de encima de su hombro. En el segundo, Letizia parece limpiarle un beso de la abuela. Las redes han hecho las delicias del respetables con numerosos memes, mientras diferentes medios de comunicación publican columnas de opinión con diferentes enfoques.

Uno de los más críticos es el periodista Juan Carlos Escudier. En su artículo, publicado en el diario Público, asegura que “a los españoles nos importa un pimiento que las dos reinas se quieran mal y que Letizia no deje a Sofía ver a las nietas”. “Las suegras han tenido históricamente muy mala prensa y los desencuentros con sus nueras han alcanzado dimensiones épicas”, y añade, “aquello de antes echará uva la higuera que buena amistad la suegra con la nuera ha sido norma en cuchitriles y palacios, incluido claro está el de los Borbones”.

No obstante, Escudier donde pone el foco es en que “lo que realmente nos importa es que la familia a la que este año le caerán del cielo otros ocho millones de euros haya o no Presupuestos cumpla con la única función que tiene asignada, que es guardar las formas y el protocolo”, porque “se les paga, en definitiva, para que no monten numeritos, para que no den que hablar más allá de su porte, su lozanía y sus operaciones de estética”. Y sentencia: “Los trapos sucios los lava en casa el servicio doméstico, que para eso lo pagamos con otro escote, el de todos”.

El País también ha publicado un editorial titulado La familia Real es real. En él, se dice que “los ricos también lloran. Y la monarquía española se ha expuesto al escarmiento del populacho, pues los súbditos se regodean con la secuencia del manotazo. Y se relamen con la alcurnia de una pugna que invita a tomar partido por la reina de picas o por la de tréboles”.

“La familia Real es real porque se parece a todas en sus miserias políticas y en sus expresiones endogámicas”, continúa el artículo. A su juicio, se trata de una pugna entre “una reina que fue, Sofia, una reina que es, Letizia, y una reina que será, Leonor”.

 “¿Es un gesto de rebelión precoz? ¿Es una comprensible reacción infantil? ¿O acaso la princesa se Asturias describe con el desquite las cosas que escucha en casa? Todas las hipótesis son compatibles y hasta complementarias, pero bien pueden subordinarse al espacio de pureza y de reputación que la reina Letizia aspira a crear en el núcleo duro de sagrada familia”, reza el editorial, que sentencia: “Impresiona el vídeo porque todo el esfuerzo de la institución monárquica y familiar por mostrarse armónicas se resiente de la indisimulable perplejidad de sus protagonistas”.

Otro de los que se ha posicionado al respecto ha sido Federico Jiménez Losantos. En esRadio ha cargado contra Sofía: “"La gente aprecia a Sofía porque le han puesto los cuernos. Pero es algo que ella ha permitido porque cobraba, y toda la familia griega vivía de la española. Cuando el príncipe convenció a Juan Carlos de que hay que echar a Urdangarín y Cristina de la Familia Real, ¿qué hizo Sofía? Se fue a Washington con un fotógrafo de ¡Hola! para apoyarlos. Y en otra ocasión, ¡Hola! sacó la portada de "Letizia, reina de contrastes" para decir que estaba loca".

Losantos cree que el problema fue el siguiente: "Sofía quiso chupar cámara pese a llevar dos años sin ver a sus nietas”.