No parece la mejor de las opciones, pero, a veces, la realidad supera a la ficción. Esto es lo que ha ocurrido este domingo en Logroño, cuando un padre, preocupado porque su hijo condujese el coche en estado de ebriedad, decidió destrozar el vehículo con un pico para evitar cualquier atisbo de duda. Muerto el perro se acabó la rabia, que diría el refrán.

El suceso ha sido comunicado por el propio Ayuntamiento de Logroño a través de una nota recogida por los medios de comunicación. Los hechos han sido comunicados este miércoles, pese a que el destrozo del vehículo se produjo el pasado domingo. La Policía Local de Logroño ha denunciado al hombre en cuestión que, pico en mano, decidió que el destrozo del coche era la mejor de las opciones para evitar que su hijo pusiese las manos en el volante, embragase y pusiese la primera para desplazarse estando borracho.

Como decíamos, fue a finales del pasado fin de semana cuando los agentes locales del municipio recibieron el aviso de los vecinos que, preocupados, no entendían por qué un hombre estaba destrozando un coche en plena calle con un pico. Concretamente, la comunicación fue que estaba dando golpes, alocado, con el instrumento de obra, a un vehículo marca BMW aparcado en plena calle.

Pese a que los agentes llegaron rápidamente para ver si lo que les estaban contando era verdad, el hombre que ocasionó los destrozos no quiso que le adjudicaran su particular forma de control de su hijo. Como han notificado los propios agentes de la Policía Local, cuando ellos llegaron pudieron ver cómo un todoterreno salía a toda velocidad del lugar de los hechos tratando de huir para no dejar rastro.

La estampa que se encontraron los agentes cuando, finalmente, detuvieron al coche en una calle aledaña a lo ocurrido fue de lo más inverosímil: dentro del todoterreno, ahí estaban, padre e hijo. El que cometió el delito y el que iba a cometerlo si su padre no se llega a impedir de una ruidosa y poco ortodoxa forma. Efectivamente, como temía el hombre que se tomó la justicia por su mano, el hijo en cuestión estaba en un evidente estado de ebriedad. Los agentes han precisado que el sujeto tiene 32 años.

Una acalorada discusión

Al parecer, según han podido corroborar los medios que se han hecho eco de este suceso, padre e hijo tuvieron una acalorada discusión a cuenta de la conducción del vehículo. El padre, en primera instancia, trató de persuadir y convencer a su hijo de que no podía conducir en su estado, implorándole que le diese las llaves para evitar el show posterior.

Esta petición no fue bien recibida por el vástago, que se negó a ceder el mando de la situación a su padre, motivando de esta forma una acalorada discusión entre ambos protagonistas de la historia.

Finalmente, y ante la cabezonería de su hijo, el padre, ni corto ni perezoso, decidió acabar con cualquier atisbo de conducción en estado de borrachera sacando un pico de obra, destrozando el coche y causando daños de lo más espectaculares en los cristales, la carrocería y las ruedas con el fin de convertir el coche en un mero bulto inservible.

Multas por conducción en estado de ebriedad

Cabe recordar que conducir en estado de ebriedad está fulminantemente prohibido. De hecho, la DGT, en su propia página, redacta sanciones entre 500 y 1000 euros y una reducción de puntos del carné de conducir entre cuatro y seis puntos. ¿Qué dice la ley? Es clara al respecto. Reproducimos a continuación lo que especifica la DGT en su propia página web: “La tasa máxima de alcohol para conductores noveles y profesionales es 0,15 mg/l en aire espirado. Para el resto de conductores es de 0,25 mg/l y, si se superan 0,60 mg/l, es un delito. De otras drogas, cualquier presencia en el organismo es motivo de sanción”.

La lacra de conducir en estado de ebriedad es muy fatal. Como indica la Dirección General de Tráfico “uno de cada tres conductores fallecidos había consumido alcohol y/o drogas”.

¿Quién puede multarte?

En España, las autoridades competentes para sancionar en materia de tráfico son: la Dirección General de Tráfico, ayuntamientos y las Comunidades Autónomas con competencias: Cataluña, a través del Servicio Catalán de Tráfico, País Vasco, a través de su Dirección de Tráfico, y Navarra.

“Cada uno de dichos organismos gestiona sus propios expedientes de sanciones”, escribe la DGT. “A la hora de pagar, reclamar o poner alguna alegación a una multa, debes dirigirte siempre al organismo que te ha sancionado, por eso es importante que antes de nada compruebes quién te ha puesto la multa”, prosigue.