Las orcas siempre han sido conocidas por otra designación: las ballenas asesinas (killer whales). Mucho ha dicho Hollywood sobre el comportamiento ficticio de estos cetáceos, uno muy similar más preparado, y dotado de una mayor inteligencia en su ataque contra los seres humanos, en su comparación con escualos como el tiburón. Sin embargo, la opinión de los expertos se divide, ¿por qué las orcas atacan de manera coordinada los veleros en el sur del país?  

Los últimos registros se acercan a la zona de Tarifa. Tres tripulantes de un velero sufren un ataque coordinado de este grupo de cetáceos. Tres días después, otros cuatro pasajeros en otro velero también han requerido las operaciones de Salvamento Marítimo en su rescate. En lo que llevamos de año, se han producido 30 avistamientos y 53 interacciones en las aguas de la Península Ibérica y en el Estrecho de Gibraltar, según asegura en una entrevista con 20minutos el biólogo del Grupo de Trabajo Orca Atlántica, Alfredo López Fernández.

Según el experto marino, su hipótesis es que los cetáceos muestran un comportamiento competitivo en su encuentro con otras embarcaciones, por lo que, recomienda a los veleros disminuir esta velocidad en su avistamiento. Si bien, deja claro que estos comportamientos no los considera “ataques”, sino “interacciones”, pues asegura que esta especie nunca se ha mostrado interesada por los humanos que viven en tierra y los que viajan a bordo de las embarcaciones.

Estos comportamientos no son considerados como "ataques", sino como "interacciones"

Pero los últimos registros en las interacciones de los barcos con los cetáceos destacan por las operaciones de rescate y la inteligencia en sus movimientos, pues el impacto ocasionado por las orcas se dirige a zonas en el timón o en la propia popa. Según el experto, la causa podría residir en la matriarca del grupo, calificada como White Gladis, que podría haber sufrido una experiencia desagradable con uno de los veleros y la raíz de estos comportamientos imitados por el resto de los miembros del grupo.

Esta hipótesis también se baraja en un articulo publicado por la revista Marine Mammal Science. “Cuando empezó a ocurrir, pensé que tal vez una hembra o su cría habían sido heridas por la hélice o el timón de un barco porque siempre parecen ir a por el timón. Y todo en veleros”, aseguraba Dan Olsen, biólogo de la Sociedad Oceánica del Golfo Norte en Alaska. Pero también hay expertos que consideran que podría tratarse simplemente de un juego. “Creo que es igual de razonable sugerir que lo hacen porque pueden, porque es divertido”.

Esta embestida podría ser a causa del estrés porque el estrecho está lleno de tráfico de barcos y redes de pesca

La raíz también podría apuntar a factores como la pérdida de presas o perturbaciones causas por los propios barcos, de acuerdo con Big Fish. Aunque, estiman que podría tratarse de un “signo de rebelión de la Naturaleza” por los graves desórdenes en el planeta Tierra.

“Que las orcas saquen un trozo del timón de fibra de vidrio es algo impensado. He visto crecer a estas orcas desde que son bebés, conozco sus historias de vida y nunca he visto ni oído hablar de ataques. Es normal que las orcas sigan de cerca a la hélice. Incluso a veces muerden el timón, pero como un juego. Nunca con la fuerza suficiente para romperlo. Esta embestida podría ser a causa del estrés porque el estrecho está lleno de tráfico de barcos y redes de pesca”, dice la bióloga marina de la Universidad de Sevilla, Rocío Espada, en una entrevista con The Guardian.

Más que un ataque, un juego

Hay quienes consideran que realmente estos comportamientos se basan en un mero entretenimiento para estos cetáceos, lo que sugeriría que las orcas, cuando terminen de disfrutar este pasatiempo, dejarían en paz a los veleros.

De hecho, Olsen, que lleva observando varias décadas a las orcas, detectaba un comportamiento infantil cuando las orcas jugaban con un trozo de alga durante una hora. Son comportamientos que también suceden en las rocas de la costa de Noruega. “Durante un tiempo las vimos jugar con medusas”, asegura Olsen.

Durante un tiempo las vimos jugar con medusas

Aunque, el científico también asegura que ha visto jugar a estos cetáceos con pequeñas aves u otras especies por lo que se reafirma en que se trata de una forma de juego, sin embargo, todavía se cuestiona si llegaremos a comprender en su totalidad el motivo de estos comportamientos, o por le contrario, si contamos con la capacidad necesaria en su descubrimiento.

“El cerebro de las ballenas lleva 50 millones de años evolucionando por separado; es difícil meter a una ballena en una resonancia magnética, ni siquiera sabemos qué partes del cerebro se dedican a cada actividad. Ya nos cuesta bastante explicar el comportamiento en humanos y primates estrechamente emparentados con nosotros”, concluye en unas declaraciones recogidas por National Geograph