Constancio Allende Sancho tenía 32 años cuando la guerra le arrebató la vida en noviembre de 1936. Más de ocho décadas después, sus restos han regresado al calor de su familia. Hoy, en un acto íntimo cargado de emoción celebrado en Vitoria-Gasteiz, el Gobierno de España ha hecho entrega a sus nietos y nietas del cuerpo del obrero burgalés, hallado en el Valle de Cuelgamuros, donde fue enterrado sin nombre en 1959.

El secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, ha sido el encargado de entregar el ataúd a Amaia Allende, nieta de la víctima. “Hoy devolvemos a Constancio a los suyos. Hoy le entregamos no solo un cuerpo, sino una memoria y un duelo que durante décadas fueron negados”, ha señalado Martínez, subrayando el compromiso del Gobierno con la exhumación de todas las víctimas que reposan en el Valle sin el consentimiento de sus familias. “Es un deber de justicia y un acto de humanidad”, ha afirmado.

Reclutado a la fuerza

Constancio Allende nació el 19 de septiembre de 1904 en Vallarta de Bureba, un pequeño pueblo de Burgos. Hijo de jornaleros, emigró siendo joven a Vitoria-Gasteiz en busca de un futuro mejor. Allí se casó con Gertrudis Elguea y Saéz de Vicuña, trabajó como obrero, y formó una familia. La guerra lo arrancó de su hogar al ser reclutado a la fuerza y combatió en Guadalajara, donde encontró la muerte el 2 de noviembre de 1936.

Sus restos, trasladados sin permiso familiar desde algún cementerio de Guadalajara, fueron enterrados en el mausoleo franquista de Cuelgamuros en mayo de 1959. Solo ahora, tras una larga investigación forense dirigida por el doctor Francisco Etxeberría, ha sido posible identificarlo y devolverlo a su tierra.

“Constancio podrá descansar, por fin, junto a su esposa Gertrudis. Y su familia podrá hacer el duelo que le fue robado durante tanto tiempo”, ha recordado Martínez. Junto a él han estado presentes la delegada del Gobierno en el País Vasco, Marisol Garmendia; el director de Gogora, Alberto Alonso; y el propio Etxeberria, cuyo equipo técnico ha hecho posible esta restitución de dignidad.

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