Un viejo enemigo vuelve a aparecer en el Hospital Regional de Málaga. Se trata de un brote de klebsiella, una bacteria que, en los ámbitos hospitalarios, es extremadamente contagiosa, intratable y puede llegar a causar la muerte. Las alertas han saltado con la detección de dos casos dentro del programa de vigilancia activa del centro.

Fuentes de Salud, en un breve comunicado, aclaran que los dos pacientes contagiados “se encuentran en el proceso normal de recuperación de su intervención quirúrgica” a pesar de la aparición de este “germen oportunista” que periódicamente hace cundir el pánico en los quirófanos. Los sindicatos consultados por El Plural señalan a la falta de medida personal. Advierten de que hay más casos del recuento oficial y de que los “recortes en personas pueden provocar más muertes”.

El servicio de Medicina Preventiva está realizando un estudio de contacto para descartar más casos y fortalecer las medidas de control, seguimiento y seguridad ante estos brotes. La klebsiella es un mal periódico de los hospitales europeos con la incertidumbre como acompañante, ya que genera adaptaciones genéticas a los antibióticos más modernos. Miles de personas son víctimas de estos contagios en Europa.

Aunque la klebsiella sea una bacteria común e inofensiva de la flora intestinal, hay variedades como la klebsiella pneumoniae que son bien conocidas en Andalucía. Con el paso del tiempo, estas bacterias han evolucionado. Son más fuertes en aquellos entornos habituados al uso frecuente de antibióticos, como son las instalaciones sanitarias, por lo que entran en la categoría de las llamadas infecciones nosocomiales. Su capacidad de adaptación genética la convierte en una superbacteria.

Estamos ante un germen que puede causar sepsis, neumonía, infecciones en heridas y la muerte en pacientes débiles. La bacteria se transmite en contacto con la piel, mucosa, heridas u orines de personas infectadas, pero también en contacto directo con materiales contaminados y no desinfectados correctamente en entornos hospitalarios.

Enfrentar la infección del propio quirófano

En 2019, un ambicioso estudio monitoreó hospitales de toda Europa, detectando la muerte de más de 2.000 personas por Klebsiella pneumoniae. En Andalucía, la Junta ha elaborado y adaptado en varias ocasiones protocolos de respuesta. Málaga ya ha convivido antes con estos brotes, aunque la peor parte de la hemeroteca se lleva Córdoba.

Desde 2012 a 2019, hubo 148 afectados y 56 personas perdieron la vida por la klebsiella en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, según la Consejería de Salud. Muchos de estos casos están en mano de la justicia, a través del Defensor del Paciente. Para frenar la aparición de esta bacteria extremadamente resistente, la prevención es esencial.

Pero la sanidad andaluza emboca un nuevo verano de recortes y pérdida de servicios. Los sindicatos denuncian falta de medios para poder gestionar correctamente y con la salubridad exigida un hospital. “Falta personal para atender a los pacientes, falta personal de limpieza con un concurso prorrogado desde hace cuatro años y tampoco tenemos camas”, lamentan la sección sindical de UGT en el propio Hospital Regional de Málaga.

A perro flaco, todo son pulgas y la aparición del brote se encuentra con un ejército sin soldados para hacerle frente, “falta limpieza y no se cambian los filtros de aire por falta de mantenimiento se dan las condiciones ideales” para la propagación de la Klebsiella, apuntan desde el sindicato.

Una alarma continua

Estamos en la situación de “alarma continua de cada verano”, nos explican desde el Hospital, donde las vacaciones y las bajas de contratos se sienten en unos magros servicios de limpieza, auxiliar de enfermería y enfermería. UGT alerta que quien paga esta falta de servicios “es el paciente”, que tiene que convivir con la aparición de gérmenes multirresistentes.

“No nos valen recortes que en estos casos pueden provocar el aumento de mortalidad”, sentencian desde UGT, que advierten de que el número de infectados, según sus informaciones, sería de “por lo menos” tres casos de infección y cinco de contaminación, una casuística superior a la que la Junta ofrece.

Por lo pronto, el entorno hospitalario deberá acudir a las medidas preventivas estándar para estos casos. Lamentablemente, muchas de ellas nos suenan tras la pandemia: hay que evitar la falta de higiene en las manos, que tanto influye en el contagio de esta bacteria.

Es necesario, además, aumentar los controles y análisis a nuevos pacientes, a enfermos crónicos, a los que llegan de residencias y a los que cuentan con medicaciones de larga duración y, sobre todo, aumentar los trabajos de higiene general.