Lo que ahora es un espacio protegido de biodiversidad y uno de los pulmones naturales de Madrid, se va a convertir en los próximos meses en un extenso paseo de luces después de que el gobierno de la ciudad, encabezado por el popular José Luis Martínez Almeida, haya iniciado las obras de instalación lumínica correspondiente.

No hay autorización ambiental que certifique que dicha instalación está exenta de consecuencias para la diversidad de especies que habitan en el Manzanares, en proceso de renaturalización desde 2016, ni tampoco hay apoyo por parte de otros grupos, ni mucho menos del sector ecologista. Pese a ello, el equipo de Gobierno municipal ha decidido seguir adelante, sean cuales sean las consecuencias, con la instalación de 61 proyectores de luz a lo largo de 560 metros del cauce y una inversión de 950.000 euros. En una nota de prensa que se hizo pública en el mes de mayo por parte del propio Ayuntamiento, se señalaba que el objetivo de este proyecto es “impulsar el atractivo” del Manzanares, “su patrimonio verde” y ofrecer “una experiencia nocturna amable y más segura a vecinos y visitantes”.  

Una única autorización y ajena a lo ambiental

Ante la reacción de expertos ecologistas que denuncian el proyecto, desde el consistorio se ciñen a la única autorización que han recibido y que ni siquiera da luz verde a las cuestiones ambientales del proyecto. Borja Carabante, delegado de Urbanismo en el Ayuntamiento, hace así referencia a la autorización que recibieron por parte de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT). Sin embargo, en este intento de justificación hay un gran vacío legal. El documento remitido por la CHT hacía referencia únicamente a los aspectos que son su competencia, es decir, la gestión y la protección del dominio público hidráulico, pero nada relacionado con el área ambiental. El argumento defendido por Carabante fue que como la CHT depende del Ministerio de Transición Ecológica, si esta otorga una autorización, también la da en términos ambientales. “Si sometemos a consulta al ministerio un proyecto, e informa favorablemente, ¿no habría tenido que informar en contra si fuera un atentado al medio ambiente?”.

Sin embargo, desde la propia CHT han querido desmentir el argumento sostenido por Carabante y detallar cuál fue realmente el procedimiento que siguieron cuando les dieron ese aval. Señalan así que previo a ese consentimiento, la documentación fue enviada a la Comunidad de Madrid con el objetivo de que “informase, en materias de su competencia, sobre si las actuaciones pudieran constituir una degradación del medio físico o biológico afecto al dominio público hidráulico y a su entorno, y si deberían someterse a alguna tramitación ambiental reglamentaria”. Sin embargo, al no recibir respuesta por parte del gobierno autonómico, la CHT dio la autorización únicamente en materia de gestión y protección.

Respuesta ecologista

Ante el inicio de las obras carentes de autorización, desde varias plataformas ecologistas se han puesto en pie de guerra para denunciar la situación. Entre ellas, Ecologistas en Acción ha anunciado que va a emprender acciones legales ante la pasividad de las autoridades municipales. A esta protesta se unen también 85 científicos e investigadores del CSIC, el Museo Nacional de Ciencias y varias universidades del país que, mediante un manifiesto conjunto, han informado de las consecuencias que se pueden derivar del proyecto. “La iluminación del interior supondrá una incuestionable intromisión en la vida de estas aves, por tratarse de un grupo muy sensible a la iluminación nocturna. Podría afectar negativamente a su reproducción e incluso podría provocar el abandono del río por parte de algunas especies que precisan tranquilidad, tanto reproductoras como hibernantes”, reza el manifiesto.

En la misma línea de acción, la periodista Rosa M. Tristán ha reunido 48.000 firmas en la plataforma change.org para impedir el avance de las obras, a lo que se une la Sociedad Española de Ornitología SEO/Bird Life, y desde Ecologistas en Acción, además de las acciones legales anunciadas, han organizado paseos por el cauce con vecinos para explicar el valor ambiental de la renaturalización que se está tratando de llevar a cabo desde 2016.

De la ‘mascletà’ a la “horterada monumental” de las luces

No es la primera vez que la protección de la fauna del Manzanares se ve amenazada por proyectos que carecen de autorización y consentimiento ambiental. El caso más cercano, la mascletá organizada también por el gobierno municipal en el mes de febrero. Sobre ello se han pronunciado desde Más Madrid, recordando que para esa ocasión tampoco hubo transparencia sobre el impacto ambiental que la mascletá podía tener en este espacio.

Desde el grupo de la oposición, solicitaron el expediente y ahora denuncian que este estaba incompleto, sin precisar información sobre sostenibilidad y control ambiental, ni tampoco sobre el ecosistema en recuperación en el rio Manzanares. Por ello, Rita Maestre ha denunciado que el expediente sea uno “incompleto, plagado de irregularidades y sin alusión alguna a la biodiversidad del entorno”. Algo que ha aprovechado para referirse de igual manera al actual proyecto de iluminación del cauce: “Lo mismo está pasando ahora con la horterada monumental de colocar focos en el cauce del río. Hemos reclamado el informe ambiental y Almeida da la callada por respuesta. Cero información al respecto, cero transparencia”.

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