Noora Niasari tenía cinco años cuando su madre se divorció de su padre por malos tratos, razón que obligó a ambas a huir a un refugio de mujeres en Australia. Noora, de origen iraní, ha querido proyectar ahora su experiencia en la gran pantalla a través de Shayda, una producción que, en palabras de la directora, busca "crear conciencia" a través de una visión feminista. Todo ello, hay que hacer hincapié, pese al trauma que supone recordar experiencias de este calado. "Me tenía que alejar a veces en medio del rodaje a hacer técnicas de respiración (...) Incluso en el proceso de redacción veía a mi terapeuta. Aún sigo yendo a terapia", confiesa sincera a ElPlural.com.
Da la casuística de que el rodaje coincide en tiempo con el asesinato de la activista Mahsa Amini a manos del régimen iraní por negarse a llevar el hiyab. Noora narra cómo vivieron aquellas jornadas y hace un pronóstico: "No dormíamos, solo seguíamos todo lo que pasaba, tratábamos de llamar a nuestras familias, tuvimos que lidiar con apagones de internet (...) El asesinato de Mahsa supuso un punto de inflexión. Pienso que la revolución va a triunfar, aunque llevará tiempo".
PREGUNTA (P): Sin spoilers, para que la gente vea la película, ¿cómo fue esa etapa que narra la película, tanto para ti en el centro de acogida (recuerdas todo, o la mayoría de cosas bastante bien como no podía ser de otra manera, a pesar de ser una niña), como para tu madre?
RESPUESTA (R): Claro… Tenía un recuerdo muy difuso de esa época porque solo tenía 5 años. Mi madre estaba en sus 20 y una memoria increíble. Al comienzo del proceso le pedí que escribiera unas memorias para llenar los vacíos de mis recuerdos y poder ver realmente la experiencia desde su perspectiva. Y fue increíblemente útil. Ver reflejada su vulnerabilidad, su generosidad… Volver a revivir ese momento nos llevó unos seis meses. Y ella ha sido la pieza fundamental, como no podía ser de otro modo. De hecho, una de las claves es, precisamente, la colaboración conjunta en la fase de investigación.
R: ¿Recuerdas algún nombre por encima de los demás del centro al que quisieras agradecer cómo se portó contigo?
R: La mujer que hace el papel de Joyce. Se llama Deidre y es la encargada del refugio. Ella es como mi madrina en la vida real y una de las mejores amigas de mi madre. Después de 30 años todavía pasamos tiempo con ella. Ella ha sido muy influyente para nosotras y nosotras muy afortunadas de habérnosla encontrado. Ella también está muy orgullosa de la película. De hecho, vino conmigo al estreno mundial y algunos de sus recuerdos aparecen también en la película. La consulté mucho para el guion.
P: ¿Ha sido duro volver a recordar esa época para grabar la película?
R: Sí, ha supuesto todo un desafío volver a esa época. La película tiene muchos elementos traumáticos (…) Incluso en el proceso de escritura estaba viendo a mi terapeuta (sigo haciendo terapia).
Con todo, creo que la parte más complicada fue el rodaje. Me tenía que alejar a veces en medio del rodaje a hacer técnicas de respiración; de hecho, comencé una nueva práctica, porque todo parecía muy real. Hice todo lo posible para estar presente todo el rato que podía.
El proceso de edición fue un poco más fluido, principalmente gracias a mi editora Elika. Fue increíble trabajar con ella. Siempre me hacía reír y pude encontrar algo de distancia, con su ayuda. Pero ha merecido la pena compartir esta experiencia con todo el mundo y ha servido también de curación.
P: ¿Cómo ha sido el proceso creativo? ¿Todo lo que cuenta la película o, mejor dicho, como lo cuenta, es 100% real, o hay algún matiz de ‘ficción’ propio del cine?
R: Diría que la película es emocionalmente autobiográfica. Obviamente, cuando traduces algo de la realidad a la ficción hay una especie de línea fina entre lo que es real y lo que no; y al final mi prioridad era hacer una pieza de cine y hacer viajar al público a ese momento en lugar de documentar lo que realmente nos pasó. Ni siquiera creo que el documental sea 100% documental real, pero creo que las películas tienen la capacidad de contar una verdad emocional a una experiencia. Y pienso que esta lo ha cumplido.
P: ¿Cómo ha representado ese papel Zar? ¿Por qué ella es la persona perfecta? Por cierto, recordar que también tuvo algún problema, tanto es así que estuvo en el exilio.
R: Buscamos en Australia y no encontramos a nadie (...) Compartí el guion con Golshifteh Farahani, la actriz iraní francesa, y ella me recomendó a Zar. Luego fue lo suficientemente generosa como para grabar una cinta propia para nosotros y me bastaron diez segundos para saber que era la persona perfecta. Tenía la dualidad perfecta de ser vulnerable y fuerte al mismo tiempo.
Efectivamente, había similitudes entre su experiencia en el exilio y la de mi madre. El trabajo fue muy fluido y superó mis expectativas. Es una persona extraordinaria y muy inspiradora. Ahora hemos pasado a ser muy buenas amigas.
*Zar Amir Ebrahimi es una actriz iraní que también se vio abocada al exilio.
P: ¿De qué manera viviste todo lo que ocurrió con Mahsa Amini? Te pregunto por ello porque, aunque la lucha de Irán por los derechos en Irán es diaria, este episodio fue especialmente mediático.
R: El asesinato de Mahsa Amini ocurrió mientras estábamos rodando. Yo estaba rodando la película con otra mujer iraní así que, simplemente, no dormíamos, solo seguíamos todo lo que pasaba, tratábamos de llamar a nuestras familias, tuvimos que lidiar con apagones de internet… La situación nos motivó enormemente para intentar arrojar luz sobre todo lo que estaba pasando. Por eso el filme está dedicado a las mujeres y niñas de Irán.
P: ¿Crees que triunfará la revolución en Irán?
R: Siento que sí. Definitivamente ha habido un punto de inflexión, como de no retorno, después de lo sucedido, con el movimiento de libertad de vida de las mujeres. Pienso que sí, que hay esperanza de cambio, pero no estoy segura de que sea a corto plazo, creo que llevará tiempo. Pero sí, confío en el pueblo iraní y en su coraje, valentía y resistencia.
P: La situación de Irán, en Gaza, el avance de la extrema derecha en Europa… ¿Consideras que hay derechos que damos por sentados en algunas partes del mundo y que podrían perderse? ¿Qué la gente es realmente consciente de lo que implica la irrupción de las fuerzas reaccionarias en lugares (hablo de Europa) donde la democracia está asentada?
R: Es una pregunta muy política y, aunque no soy política, me angustia mucho la situación en Irán, en Gaza, el avance de la extrema derecha en Europa, en Estados Unidos (EEUU)… Sigo las noticias todos los días y creo que parte del papel del cine es actuar como espejo para la sociedad. Pienso que se pueden hacer más películas para arrojar luz sobre determinadas situaciones y los desafíos a los que nos enfrentamos hoy. Hay una auténtica lucha contra la desinformación a partir también de las redes sociales… La gente es conducida indirectamente a direcciones muy oscuras; y es muy difícil controlarlo.
No estoy muy segura de cuál es la respuesta, pero es muy preocupante. Espero que seamos capaces de priorizar la humanidad, la empatía, la compasión y otros valores en vez de dejarnos llevar por el odio y el miedo.
Sin ser política, me angustia mucho la situación en Irán, en Gaza y el avance de la extrema derecha en Europa (...) Ojalá seamos capaces de priorizar la humanidad
P: ¿Cómo es estar nominada a los Óscar?
R: Fue un honor increíble ser la elección de Australia para la carrera internacional por los Oscar; y fue además muy divertido. Nunca había experimentado algo así en términos de publicidad ni atención a la película, así que me sienta realmente agradecida. Además, representar a Australia es representar a un país en el que mi madre y yo encontramos la libertad.
P: ¿Qué mensaje crees (te gustaría) que se llevará la gente después de ver la película?
R: Deseo que la gente sienta una sensación de esperanza a través de un mensaje de supervivencia y empoderamiento femenino. Espero que quien vea la película se quede con esa luz y alegría y que sienta que es capaz de superar sus miedos.
Una de las cosas más complicadas es sobrevivir a la violencia doméstica, porque aún si te alejas físicamente de la situación, el miedo psicológico persiste. Es un problema que no solo se da en España o Australia, sino que es universal. Por lo tanto, mi objetivo último es crear conciencia y no dar la espalda a lo que sucede de puertas hacia dentro.
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