Las niña de 14 años, cuyo cuerpo sin vida fue hallado el pasado domingo en Mataró, fue asesinada, de acuerdo con lo que refleja la autopsia, según La Vanguardia. La Policía busca a su hermano, de 15 años, en paradero desconocido, al parecer desde el sábado. La posible presencia de un hombre de origen ruso en la vivienda horas antes del crimen añade una nueva incognita al caso.

La madre los dejaba solos a menudo

La menor, de la que se informó en un primer momento que tenía 13 años, fue descubierta, tumbada en el suelo de su habitación cuando llevaba varias horas muerta. Se había quedado sola en el piso porque su madre, Olga, de origen ruso, se ausentó el fin de semana durante varios días, como solía hacer a menudo, según han dicho los vecinos. La mujer y sus hijos se habían mudado a la vivienda hace poco más de un año.  "Se iba a menudo y los dos hermanos, al quedarse solos, a veces armaban jaleo en casa ", han dicho a El Periódico.

Madre e hijo discutieron el viernes

Las mismas fuentes han asegurado que la madre y su hijo tuvieron una discusión el viernes pasado y después ella se marchó. El sábado, de madrugada, cuando los dos hermanos ya estaban solos, una vecina escuchó golpes en casa de Olga. El domingo por la noche, la madre pidió a dos amigos de origen ruso que fueran a su piso a comprobar si sus hijos estaban bien porque llevaba unas 30 horas sin poder hablar con ellos y estaba preocupada.

Uno de los hombres accedió a la vivienda y se encontró con la terrible escena con la niña muerta, con un corte en el cuello hecha con un arma blanca y sangre en la habitación.

Un vecino vio a un hombre ruso en el piso

Un comerciante de la zona ha narrado al diario El Español que estuvo a última hora del viernes frente a la puerta de la vivienda, en la cuarta planta y al ver la puerta abierta intentó entrar, pero "apareció un hombre ruso y corpulento" que le hizo ver que no era la vivienda que buscaba, la de un vecino al que pretendía visitar. A continuación, el hombre cerró la puerta de un portazo. "No me dio tiempo a pedirle disculpas". El comerciante había  visto a la niña por última vez ese mismo día, cuando después del colegio fue a comprar a su tienda, como solía hacer, según su versión.