La historia se repite. Ya ocurrió en el caso de ‘La Manada’. Muchos sectores de la ultraderecha española no han perdido el tiempo y están publicando los audios de WhatsApp de la menor en redes sociales a la par que la culpan de la violación para ‘exonerar’ a los tres condenados. Uno de los participantes en este linchamiento es Bertrand Ndongo, ‘el negro de Vox, como él mismo se hace llamar, que ha publicado los documentos sonoros en su perfil de Twitter.

Este mismo fin de semana, trascendió que personalidades del periodismo, como Alfonso Ussía, columnista de la razón, o la ideóloga de Vox y colaboradora de OkDiario, Cristina Seguí, estaban compartiendo los audios privados de la menor – de 17 años en la actualidad -. Su fin constituye una defensa a los tres condenados por la Audiencia Provincial de Burgos a 38 años de cárcel.

Bertrand Ndongo sigue los pasos de Cristina Seguí y Alfonso Ussía, o viceversa. El ‘negro de Vox’, que se ha convertido en youtuber para difundir la propaganda ultra, no ha cesado en su empeño de arrojar toneladas de fango y sombra sobre la menor violada por los jugadores de la Arandina, según dictó el tribunal.

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Desde que se conoció la sentencia, Ndongo publicó un vídeo el pasado 13 de diciembre en el que culpabilizaba a la joven de la violación y de “arruinar” la vida de los tres futbolistas al conducirlos a la cárcel. Se desliza en este vídeo que, según la visión del ‘negro de Vox’, es una nueva arma ultra para eliminar la Ley de Violencia de Género.

Captura de la filtración de los audios por el negro de vox

En una nueva maniobra del simpatizante de Vox por salvar a los violadores y culpar a la víctima, ha publicado, en su cuenta de Twitter, algunos audios privados que la joven habría mandado a sus amigos. El vídeo lo acompaña de unas líneas en las que critica al tribunal y, por supuesto, siembra la duda sobre la menor.

Lo han conseguido. Les han condenado a 38 años. Bravo (emoticonos de aplausos. Vaya tela con la ‘menor’”, aderezaba Ndongo un contenido de por sí repulsivo. De hecho, estos audios fueron desestimados como prueba por parte del Tribunal, quien atribuyó estas palabras a la “inmadurez” propia de una chica de 15 años.