El trágico accidente que terminó con la vida del atacante del Liverpool, Diogo Jota, y de su hermano, André Silva, ha vuelto a demostrar que el periodismo deportivo español no conoce límites. El diario El Mundo lo ha ejemplificado ubicando como imagen central de su portada una fotografía del coche calcinado del portugués. Rápidamente, la publicación del periódico en las redes sociales se ha inundado de críticas al medio que apelaban a una falta de empatía y humanidad hacia la familia de las víctimas.

Tras conocerse que los fallecidos en la A-52 eran Diogo Jota y su hermano, muchas redacciones del país comenzaron a echar humo para desgranar cada uno de los detalles más morbosos del accidente. En apenas un par de horas, las portadas de los medios deportivos se coparon de noticias que rivalizaban enormemente con la ética periodística a la que se debe la profesión.

El diario Sport fue uno de los primeros en abrir la caja de pandora publicando a los 20 minutos de conocerse la muerte del portugués, una noticia con el siguiente titular: “¿Cuál era el valor de mercado de Diogo Jota en Transfermarkt?”. En el cuerpo de la pieza, borrada por todas las críticas que recibió, se podía leer una frase que denota la frialdad con la que, desde algunos medios, se trató el asunto: “Más allá del dolor humano y deportivo, la noticia deja un impacto también en el ámbito económico del fútbol profesional”.

Ningún periódico quería perder la oportunidad de monetizar, a través de clics e interacciones, un suceso que tanto dolor le ha causado a los seres queridos de los fallecidos. Los detalles sobre el lujoso Lamborghini que Jota conducía o el vídeo del vehículo ardiendo, se convirtieron en noticias imprescindibles en las portadas de los medios, bordeando el límite entre el periodismo y el sensacionalismo.

La portada de El Mundo es tan solo un ejemplo más de cómo la profesión se ha denostado a si misma. Si el periodismo no siempre se toma enserio, en parte se debe a la poca sensibilidad de algunos que lo ejercen, cuando los medios comercializan con el dolor y prefieren plegarse ante el dinero que puedan generar unas cuantas noticias morbosas sin plantear dónde está el límite.

Muchos usuarios de las redes sociales han demostrado tener más conciencia de dónde deberían estar las líneas rojas en la cobertura de un suceso trágico que quien se encarga de cubrirlo. “Sacar esta portada mostrando esa imagen es repugnante, igual que el fotógrafo que la tomó, dais asco”, apuntaba uno; “no conocéis la vergüenza, tened un poco de respeto por los fallecidos y no difundáis fotos suyas”, esgrimía otro. Estos son algunos ejemplos más:

Hay quien defiende que el periodismo deportivo que se hace en España es el mejor del mundo, que vive su edad de oro. Mientras continúen este tipo de prácticas y siga habiendo medios que crean que es una buena idea venderse al sensacionalismo y a las interacciones, una afirmación así se convierte en un imposible. El periodismo deportivo español puede ser mejor, debe ser mejor.

El mundo del deporte sigue llorando a Diogo Jota

Durante la tarde del jueves, más compañeros de profesión e instituciones continuaron expresando sus condolencias a los allegados de Jota y su hermano. El Liverpool, club al que pertenecía el portugués desde 2020, publicó un emotivo texto en el que homenajeó a su jugador y anunció que retirará el dorsal '20' "con justicia por sus contribuciones como parte de los ganadores de la Premier League 24-25". Además, la entidad subió un vídeo a sus redes sociales para recordar la figura de Jota.

Una de las reacciones más destacadas fue la de Cristiano Ronaldo, capitán y compañero suyo en la selección portuguesa. 

Konaté, Trent Alexander-Arnold o Robertson o han querido acordarse del luso, expresando su dolor con un mensaje en redes:

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