Con el verano, llegan los momentos de playa, y tras ellos la hora de coger el coche. Obviando el hecho de que hay que empezar la conducción con el descanso adecuado, hay un dato que muchos conductores pasan por alto: El calzado.

Las zapatillas o derivados son clave a la hora de manejar los pedales de manera correcta, aunque poca gente lo tenga en cuenta. El portal de la Dirección General de Tráfico se ha hecho eco de una encuesta realizada por el Real Automóvil Club de España (RACE) en la que se ha preguntado por este tema, y los resultados son sorprendentes.

Alrededor de un 30% de los encuestados han aceptado conducir alguna vez con un calzado inadecuado, al igual que un 3% ha afirmado conducir con chanclas. Sin embargo, una amplia cifra del 86% sabe que es posible que les puedan multar por hacerlo.

En cierto modo no se equivocan. Aunque en el Reglamento General de Circulación (RGC) no se habla en ningún momento del calzado ni de sanciones específicas al respecto (hay algunos artículos que se refieren a la seguridad del modo de conducción y comodidad del conductor para realizar la misma), los agentes de seguridad sí pueden llegar a multar por ello.

Si el oficial cree que el calzado que lleve el conductor puede suponer un peligro para la correcta circulación del vehículo, puede llegar a imponer una multa de hasta 80 euros.

Aunque el tipo de calzado que más pueda venir a la mente si se piensa en riesgos son las chanclas, lo cierto es que hay que atenerse a unas normas para saber qué tipo de zapatillas llevar para poder ir seguro al volante. Entre las recomendaciones de RACE, están las de buscar un calzado que se ajuste y vaya bien sujeto al pie y que transmita la fuerza adecuada a los pedales, evitando resbalar.