Poco a poco, se le ha creando un cerco enorme a Luis Rubiales y ha forzado a su dimisión. Más allá de las consecuencias que pueda tener legalmente o de la presión que el Gobierno de la Nación y el Consejo Superior de Deportes están ejerciendo contra el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, partidos, sindicatos, asociaciones de mujeres, colectivos y entidades deportivas y futbolísticas, así como de particulares relacionados con el fútbol, han pedido la cabeza de Rubiales. La red que se está tejiendo en contra de la continuidad del presidente de la RFEF ha acabado con su dimisión, o cese, encima de la mesa.

La sombra del beso obligado a la jugadora de la Selección Nacional Femenina de Fútbol Jenni Hermoso en Sidney, es muy alargada. Tan densa y alargada que por mucho que Rubiales quiere este viernes ampararse en el apoyo de las territoriales que maneja “manu militari tras convocar asamblea extraordinaria de la RFEF, su destino parece estar marcado por la polémica de sus distintas actitudes y gestos machistas en la final de Sidney. La gota que ha terminado de desequilibrar el vaso de la permanencia en el cargo de Rubiales ha sido la reacción de la propia afectada, Jenni Hermoso. La jugadora ha hablado a través de su sindicato FutPro mediante un comunicado en el que condenan “las conductas que atentan contra la dignidad de las mujeres” y pide que se adopten medidas ejemplares.

Motril, su pueblo, podría darle la espalda

Lo último, es que Motril, el pueblo de su infancia y juventud, va a debatir en el Pleno del Ayuntamiento retirarle la Medalla de Oro que ostenta. Aunque canario de nacimiento, realmente Rubiales se siente motrileño, pues a los pocos meses de nacer, su familia se trasladó y fijó residencia en esta ciudad de la Costa Tropical granadina. Allí vivió su infancia y juventud y en Motril fue también donde Luis Rubiales se inició en el fútbol. De hecho fue Motril y en 1991, con 14 años, donde debutó en el equipo de la ciudad, el Motril CF.

De hecho, ahora, Rubiales que pensaba no dimitir pese a estar en el momento más duro en los cinco años que lleva de mandato, se intenta refugiar de la que le está cayendo, con su retiro de unos días en Motril. Y sería para que se pensara qué decisión tomar y la gran polémica, ya de carácter internacional que ha generado con sus gestos machistas, al haber visto, como en su propio pueblo, el Ayuntamiento va a debatir en sesión plenaria, si quitarle o no la Medalla de Oro tras el beso a la jugadora Jenni Hermoso sin consentimiento de esta en la victoria de la selección en el Mundial femenino.

Causas de “entidad suficiente” para quitarle la medalla

El grupo municipal IU-Equo del Consistorio motrileño ha presentado la propuesta de retirada de estos honores para que sea debatido y votado en la próxima sesión plenaria. Este grupo municipal se basa para quitarle la medalla, y lo que conlleva, en el hecho de que el reglamento para la concesión de honores y distinciones de la ciudad se contemplan causas de “entidad suficiente” para retirar una distinción que le fue otorgada a Luis Rubiales hace dos años.

Alcaldesa del PP y declaraciones de Cuca Gamarra

El Ayuntamiento está presidido por una alcaldesa del Partido Popular. La regidoría Luisa García Chamorro gobierna en coalición con Más Costa Tropical. Compleja situación la de la alcaldesa popular tras las declaraciones de la portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra. En declaraciones a los medios, Gamarra ha sido muy dura con Rubiales al afirmar que “Los españoles no merecemos esa imagen que nos está avergonzando a todo un país ante todo el mundo y que está empañando una grandísima victoria de un grupo de mujeres que deberían ser las únicas protagonistas”. De sus palabras se deduce que el PP también quiere que el presidente de la RFEF dimita o sea cesado al calificar los actos bochornosos protagonizados por Rubiales en Sidney como “Algo que ha abochornado a todos los españoles debe tener una respuesta en relación a lo que la sociedad española espera y lleva varios días demandando. Su conducta en el palco no nos identifica a los españoles”.

Si el Ayuntamiento de la ciudad donde se crio y creció Rubiales, decide quitarte la Medalla de Oro que le concedió hace dos años, Rubiales recibiría otro mensaje, esta ocasión mucho más claro: Debe de irse… hasta su pueblo se lo pide.