La libertad de expresión es uno de los temas clave en la sociedad de hoy en día. La censura está presente en cada flujo de información y de esto se han hecho eco hasta los pasatiempos de ocio.

Los tebeos de Mortadelo y Filemón también vivieron su experiencia con la censura cuando, en 2015, el telediario de RTVE se negó a informar de la salida del nuevo tebeo de Francisco Ibáñez. ¿El motivo? El cómic se titulaba “El Tesorero” y lo protagonizaba Luis Bárcenas, un hombre que trabajaba en el “Partido Papilar”.

Fueron los editores de la edición de las 3 y las 9 del telediario los que se negaron personalmente a decir nada al respecto de la publicación del nuevo tebeo. Álvaro Fernández y Maríz Eizaguirre rechazaron dar la noticia porque no veían que fuera un tema de “suficiente peso”.

Respecto a este tema, el creador de Mortadelo y Filemón dijo claramente en una entrevista a eldiario.es que “cuando la censura se mete de por medio, lo único que se consigue es que el público se lance más a comprar lo que sea. O sea, que hasta doy las gracias por casos como el de esta censura porque al final he vendido más”. Lo mismo opina sobre la censura de Fariña: “Al autor le habrán jorobado durante cierto tiempo al prohibirlo, pero ahora al volverlo a sacar le han hecho un favor, porque va a vender muchísimo más. Esto para quien lo aplica es un arma de doble filo”.

Teniendo en cuenta el arma de doble filo que él tiene al tener en sus manos la posibilidad de evidenciar infinidad de temas polémicos afirma que no entra en el chiste político. “Yo cuando saco un personaje no es para hacer crítica social”, dice y añade: “Para eso ya están los chisteros de los periódicos que (…) pueden publicar en consonancia con la actualidad”. Sin embargo, sí que entra en detalle en temas que piensa que pueden ser duraderos como, por ejemplo, el aumento del precio de la gasolina o el paro.

Ahora, con el sesenta cumpleaños del cómic español más famoso, hay campañas en Change.org pidiendo el premio Princesa de Asturias para Ibáñez. “Para mí el premio de verdad es cuando veo a aquel niño que viene a que le firme el librito (…)”.