Yo no generalizaría con lo que las altas instancias del PP dicen sobre la memoria histórica y su desprecio hacia las víctimas. Rajoy y su núcleo duro incluidos ciertos tertulianos y periodistas sí lo hacen. Pero vemos que en muchos pueblos las cosas no son así. Acabamos de entregar los restos de una madre y su hija a su familia en Villafranca del Bierzo y el alcalde que pertenecía al Partido Popular no parpadeaba por la emoción”. Esa es la verdad por mucho que no le guste al PP nacional cara a un sector de sus votantes” aseguró Emilio Silva, presidente de la ARMH a ELPLURAL.COM.

Relata el memorialista que hay en el PP a ras de tierra gente también preocupada por los Derechos Humanos: “En esa exhumación se encontraba este alcalde y junto a él socialistas del Consejo comarcal y del Ayuntamiento. Eso lo vemos con frecuencia, fuera de las palabras despectivas de los mayores responsables de ese partido. En la realidad, la gente tiene otra percepción”.

Evitar la traición

¿Por qué entonces molesta tanto a Rajoy y a sus más conocidos correligionarios la memoria histórica? Para el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica es una mezcla de que todavía “hay un nicho de poder que responde de esa manera, algo a lo que no pueden traicionar”. Dice Emilio Silva que en su opinión esa situación afecta a todos los partidos. 

Estamos haciendo un estudio con la Universidad Complutense, un árbol genealógico de ministros y ministras que han estado en el Gobierno desde la muerte de Franco y resulta que un 85 por ciento son hijos de militares o de altos funcionarios del Gobierno franquista que fueron quienes podían ir a la Universidad mientras el resto, los vencidos, fueron económicamente más débiles, tuvieron que emigrar y sus hijos no pudieron acceder a esa elite”.

Una estructura social bien tejida

Opina, por tanto, que ese rechazo o en otros casos el desinterés o la apatía por trabajar en defensa de las víctimas del franquismo se relaciona con la estructura social. “En ocasiones es una cuestión personal. Y sin duda el PP también responde a un electorado o a una parte de su electorado, la parte volátil la que más puede pasar del voto a abstención y se apela a la fidelidad. Aquí hablamos de un franquismo sociológico”. 

Hay casos como el de Rafael Hernando que ha proferido todo tipo de exabruptos como el famoso referido a los familiares de las victimas desde su punto de vista “se han acordado de su padre cuando había subvenciones". O su frase: "Esto de remover las tumbas... Imagínese que en Europa, que ha habido 100 millones de muertos, se dedicaran los gobiernos a pedirle al gobierno de al lado que levantara las cunetas, las carreteras, para encontrar los cuerpos de sus soldados”, tal y como expresó en un programa de 13 TV la superconservadora cadena de la iglesia.

2002 cuando Hernando fue bueno

Esas palabras le valieron una querella que finalmente el Tribunal Supremo obvió y son algunas de las más comentadas del entonces hombre de Rajoy en el Congreso, pero Silva se remonta al 2002. Por entonces la ARMH ya exhumaba fosas y él en persona viajó con sus tres niños a Ginebra a denunciar ante la ONU 64 desaparecidos del franquismo, y comenta en esa línea de lo que los políticos hacen por mantener a sus votantes que Hernando decía otras cosas.

Era portavoz de la formación popular y llegó a decir con motivo de esa denuncia ante Naciones Unidas que había que ayudar a las familias. En ese momento le convenía parecer un tipo tolerante, sin duda. Por aquellas fechas se produjo la única condena hacia el franquismo que ha tenido lugar en una comisión del Congreso de los Diputados”.

Aznar “el antidictaduras”

Fue con el Gobierno de José María Aznar y la fecha el 20 noviembre de 2002”. El PP consensuó con las fuerzas de izquierda esta resolución que pedían ir más allá mediante proposiciones no de ley en temas tales como la exhumación de fosas comunes de republicanos asesinados. Pero la resolución admitida no llegó más allá de pedir a la sociedad española el "reconocimiento moral" de las víctimas de la guerra civil y de la posterior represión franquista. 

Considera Silva que el gesto no fue gratuito. “Evidentemente interpreto que Aznar nos iba a meter en una guerra contra el dictador de Iraq y quería aparecer como un gobernante anti dictaduras. También ayudó que con motivo del viaje a Ginebra tuvimos una rueda prensa internacional y el New York Times la reprodujo así: “España se enfrenta por fin al fantasma de Franco”

El no al antifranquismo del presidente de RTVE

Eso no quita para que mientras tanto Aznar subvencionase a la Fundación Francisco Franco” resalta Silva. Al día de hoy no se ha avanzado mucho en ese sentido. “El problema mayor es la gran incultura que sufrimos en formación en Derechos Humanos y que es universal. Debía ser obligatoria en primero de básica para ciudadanía y para los políticos. Entender que son cuestión de todos los humanos sea cual sea su ideología”.

Y es que la neutralidad en materia de Derechos Humanos no existe, afirma Silva. “Recuerdo una entrevista que le hicieron al presidente de RTVE José Antonio Sánchez en que le preguntaron si era antifranquista. Contestó que no era antinada pero que sobre todo no era antifranquista… ¿Cómo se puede ser demócrata si no se reconoce el atentado contra los derechos humanos del franquismo?

No se estudian los Derechos Humanos

Hay muchos temas pendientes, dice Silva y mucha parafernalia oficial dirigida a captar electores dejando de lado lo que de verdad importa. En ese sentido, para el memorialista la escena del alcalde popular de Villafranca del Bierzo José Manuel Pereira, emocionado ante las lágrimas de la familia en el acto de entrega de los restos exhumados de Vicenta López y Jesús Camuñas, es lo que la normalidad supone.

Hay diputaciones como la de Lugo que han condenado por unanimidad el franquismo, hay muchas acciones a las que se da menos publicidad”, dice. La ARMH lleva ya 2.200 desaparecidos rescatados del olvido, parte de las 7.000 personas exhumadas en España en los últimos años. Lo han hecho con la colaboración de 700 voluntarios extranjeros en su mayoría. “Ahora mismo en nuestro centro documental de Ponferrada trabajan dos estudiantes de otros países. Nadie de aquí”.

Silva se hace cruces de que las universidades españolas no tengan una catedra de estudio de la represión franquista y piensa que la estructura sociológica que impide presuntamente a los políticos dar ese paso adelante para resolver lo ocurrido, tal vez esté muy implantada también en el ámbito académico. Como en el judicial dice, aunque recuerda que esa es otra historia que el juez Baltasar Garzón dejó en evidencia.