El verano aterrizó en España y no solo la ola de calor que está a punto de abandonar el país lo puede confirmar. Las vacaciones ya han llegado para muchos afortunados, que pueden salir de sus puntos de residencia habituales y así escaparse unas semanas de las redes de la rutina. Muchos de ellos tienen como destino predilecto el litoral mediterráneo, donde en estos momentos, concretamente en las costas del Mar Menor, se está registrando una proliferación de un tipo de medusa conocida como ‘huevo frito’, que ha puesto en jaque a los bañistas de la gran laguna salada. Algunos han comentado que se trata de algo “nunca visto” en más de medio siglo e incluso aseguran que es “imposible bañarse”. Unas quejas que han encendido la voz de alarma en la Región de Murcia, aunque la pregunta que cabe hacerse ahora es: ¿Hay peligro real?

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El descontento de los bañistas ha provocado que se extienda la alerta en las costas del Mediterráneo. La proliferación de cualquier tipo de cnidario en las playas siempre pone en jaque a los veraneantes, pues dificultan los baños a los usuarios. Ahora, la presunta amenaza son las medusas ‘huevo frito’, denominadas así por su apariencia. No obstante, algunos expertos ya han señalado que, pese a su proliferación, los veraneantes y lugareños pueden estar tranquilos porque son inofensivas. “No son peligrosas. Es decir, no son urticantes”, destacan Ramón Pagán, miembro de Pacto Por el Mar Menor, en declaraciones recogidas por el diario 20 Minutos.

En este sentido, también ha destacado que se trata de un ejemplar de medusa del tamaño de una moneda de dos euros, aproximadamente, aunque el número de cnidarios crecerá exponencialmente a medida que avance el verano, dado que alcanza densidades poblacionales muy elevadas tanto en julio como en agosto.

En cambio, el portavoz de Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), destacaba que este tipo de animal comporta un buen síntoma en términos de recuperación del ecosistema. En lo que respecta a los motivos para su proliferación, el incremento de las temperaturas y la mayor transparencia del agua han favorecido un clima propicio para la mayor reproducción de la especie. Así, al menos, se recoge en los informes de la Dirección General de Pesca y la Universidad de Murcia, el cual se puede consultar en la web CanalMarMenor, donde se habla también de la instalación de “redes antimedusa”. El documento resalta que este método es “contraproducente” y debe considerarse “desaconsejable” en términos de preservación de esta especie de cnidario.

Las medusas 'huevo frito' desaparecieron en 2016

Lo llamativo es que esta especie de cnidario desapareció de las aguas de la laguna salada. Lo hizo en 2016, estando presente desde la década de los años 90 y durante algunos periodos ha sido predominante. Entrados en el segundo lustro de los 2010, la especie se redujo sobremanera como consecuencia de los niveles de contaminación y oscurecimiento del agua, que impedía que la luz llegara al fondo marino y, en consecuencia, provocaba la muerte de estas medusas.

Durante estos últimos años, han pasado desapercibidas en el Mar Menor, pero no desaparecieron del todo. Hasta 2021 no se volvió a detectar “una tímida recuperación” de las poblaciones, cuya presencia se multiplicó en 2022. Este año han regresado a niveles tan elevados como los de años anteriores.

Una app para las plagas

Cada año las playas españolas se llenan de medusas en la costa mediterráneo. Ya sea en Almería, en Ceuta, Valencia o en el mismo Mar Menor. La cuestión es que las plagas cada vez son más frecuentes debido a la subida de las temperaturas de las aguas y la carestía de depredadores naturales de los cnidarios. Por ello y para evitar las presencias molestas de estos animales gelatinosos, se ha desarrollado una aplicación para el teléfono móvil que permite comprobar el nivel de cnidarios que habitan en las playas españolas. Se trata de Medusapp, que alberga un mapa de España en el que se despliegan puntos a modo de semáforo: verdes, en caso de que estén libres de medusas; amarillo, si hay “medusas poco urticantes”; naranja para las “urticantes”; y rojo para las “muy urticantes”.