Después de un mes de octubre con temperaturas muy suaves para la época, parece que comienzan a bajar las temperaturas, lo que es sinónimo de que las calefacciones empiezan a funcionar a pleno rendimiento.  Sin embargo, el secreto de que el hogar sea un lugar acogedor en el que refugiarse de las bajas temperaturas, puede convertirse en una trampa mortal. Cada año se producen en nuestro país muertes por estufas, braseros y chimeneas defectuosas.

Según datos del Servicio de Atención y Coordinación de Urgencias y Emergencias 112, solo en Castilla-La Mancha en el invierno de 2023-2024 se produjeron 114 incendios vinculados a aparatos de calor. Fallos en las instalaciones, mala ventilación o ausencia de mantenimiento pueden acabar desatando las llamas o provocando una intoxicación. 

Para evitar problemas debemos adoptar una serie de precauciones que varían en función del tipo de sistema que tengamos. En pellets y gas es importante prestar atención a la instalación.  En el caso de las estufas eléctricas, es clave el lugar en el que se coloquen Su facilidad de uso y bajo coste las hacen muy comunes, pero es clave prestar atención a la conexión a red eléctrica y evitar regletas o enchufes sobrecargados. Esos aparatos pueden provocar incendios si están cerca de materiales inflamables, si se usan en superficies inadecuadas, o si el cableado no está en buen estado. 

En edificios con calefacción central hay que realizar un mantenimiento periódico para garantizar que la combustión es óptima. Es obligatoria una revisión anual. Asimismo, en las chimeneas de leña, estufas de pellets o biomasa, además de la instalación, es fundamental que el tiro sea correcto, para lo que hay que limpiar el conducto de humos y retirar el hollín, pues un exceso de este puede producir mala evacuación y acumulación de calor o gases tóxicos. También es importante tener en cuenta los materiales que rodean la  chimenea, como muebles y vigas de madera, que pueden incrementar el riesgo de incendio si no está bien aislada.

En todos los casos, es clave que el producto cumpla la normativa, pues "no todos cumplen con los estándares europeos", advierten desde Bosch Marín, empresa especializada en chimeneas, estufas, hornos, barbacoas e interiorismo decorativo. Desde esta compañía enfatizan que para certificar chimeneas, se requiere un mínimo de rendimiento y un máximo de emisiones, y no todos los fabricantes cumplen con ello.

Asimismo, precisan que a la hora de elegir, muchos clientes se dejan guiar únicamente por la estética, lo que en algunos casos puede entrañar peligro, pues por ejemplo, las chimeneas tipo 'focus' a menudo no cumplen con los estándares de eficiencia requeridos. Esto, "además de conllevar mayor consumo de combustible, puede acabar con la liberación de gases tóxicos al ambiente, poniendo en riesgo la salud de quienes habitan el hogar", explican.

Otra cuestión fundamental es el mantenimiento. "Al igual que un automóvil que requiere mantenimiento regular para funcionar correctamente, las chimeneas también necesitan cuidado y atención adecuada", insisten. En esta línea defienden que es vital "recurrir a un especialista certificado que garantice una instalación adecuada", pero alertan de que esta "es una de las cosas que más falla en España y por la que se producen más incidencias en los hogares".

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