Desde que el pasado viernes Filomena paralizara el país no se celebran entierros en los cementerios municipales de Madrid. Según ha adelantado el diario El Mundo, los cadáveres se están acumulando en los tanatorios a la espera de que regrese la normalidad tanto en lo relativo al transporte como en la retirada de nieve y placas de hielo en los cementerios.

Con todo, eso sí, la situación dista mucho de la acaecida el pasado mes de marzo y abril, en plena pandemia de coronavirus, cuando se tuvieron que habilitar morgues en el Palacio de Hielo, sito en Hortaleza, y en Majadahonda.

Según el citado medio, cementerios como la Almudena o los de Carabanchel o de Fuencarral permanecen cerrados tras el paso de la borrasca.

“Se encuentran totalmente inaccesibles y no puede pasar nadie”, señalan fuentes municipales a El Mundo. Y añaden que “se trabaja para habilitar los servicios de inhumación a la mayor brevedad posible, de tal manera que, en todo caso, se lleven a cabo cuando las familias puedan acudir a realizar la despedida, garantizándoles la movilidad y seguridad”.

En otro orden de cosas, las empresas funerarias sí que están realizando incineraciones, aunque los retrasos para las cremaciones superan los tres y cuatro días.

Al pasar mas tiempo del habitual en las funerarias, Sanidad ha aconsejado que los féretros sean sometidos a una conservación transitoria, que suele implicar un coste de 300 euros adicionales, aunque algunos seguros lo cubren.