Las coordenadas dibujadas por los teléfonos móviles de Diana Quer y de su asesino fueron determinantes para que los investigadores ataran todos los cabos que condujeron a José Enrique Abuín Gey (El Chicle). Pero otra prueba que dio luz al caso fue la imagen del coche del hombre captada por la cámara de seguridad de una gasolinera frente a la que pasó aquella noche del 22 de agosto de 2016.
La gasolinera se encuentra situada en la autovía AG-11 y conecta todas las ciudades de la comarca del Barbanza, desde Ribeira y Porto do Son hasta Catoira. La imagen borrosa con el resplandor de las luces de un coche, que dura unos segundos, fue suficiente para llegar al Alfa Romeo de color gris propiedad de la mujer de Albuín.
Los investigadores partieron del recorrido del teléfono del asesino y el de su víctima para registrar todas las cámaras de la zona y encontraron diez diferentes, una de ellas la de la gasolinera, según adelanta El Español.
La confesión, más de un año después
A las 2:51 de la madrugada aquella cámara en la gasolinera de la carretera en la zona de Barbanza, que conduce desde A Pobra do Caramiñal hacia Rianxo, captó cómo el vehículo de El Chicle pasó a toda velocidad en la oscuridad. En el maletero llevaba el cuerpo sin vida de Diana. El asesino iba en dirección a la casa de sus padres, más específicamente, hacia un almacén abandonado, situado justo al lado.
Un año y medio después aquellas imágenes fueron determinantes para detenerle y obligarle a que confesara el asesinato. Y junto al corto vídeo de la cámara de la gasolinera los movimientos de los móviles de Diana y de su asesino.
20 minutos
Las coordenadas marcadas por el teléfono de la joven, de 18 años, desvelaron que estuvo en una fiesta con amigos, en el centro de A Pobra do Caramiñal y se disponía a regresar a casa, a pie, sobre las 2:25 de la madrugada, hasta que algo se torció, sobre las 2:43, y los receptores captaron que Diana iba en dirección contraria y a gran velocidad. Ya estaba en el coche de El Chicle.
El cambio en la velocidad se produjo en una subida junto a unas naves industriales que están cercanas a la casa en la que la familia de Diana pasaba los veranos.
