La borrasca Nelson ha dejado una Semana Santa pasada por agua, cancelando procesiones e imposibilitando disfrutar de encuentros con familiares y amigos al aire libre. A pesar de que en muchas regiones de España los tradicionales pasos no han podido salir a la calle y tendrán que esperar otro año más, la lluvia también ha dejado algún efecto positivo, sobre todo en el noreste peninsular.

Los embalses del sistema Ter-Llobregat, en Cataluña, han conseguido sobrepasar el límite que el Plan Especial de Sequía fija como estado de emergencia. Según informa el Servicio Meteorológico de Cataluña (Meteocat), adscrito al Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat, durante estos días festivos, las reservas de los embalses han aumentado hasta un 16,05% con un total de 103,59 hectómetros cúbicos, y, aunque muy próximo, mayor que el límite fijado en 100 hectómetros, por bajo del cual se considera sequía.

De todos los embalses que conforman el sistema Ter-Llobregat -Susqueda, Sau, la Baells, la Llosa del Cavall y Sant Ponç- el que más volumen de agua ha recuperado ha sido el primero de ellos, y el más vacío continúa siendo el de Sau, con tan solo el 4,73% de su capacidad.

Estado de emergencia

A pesar de este leve aumento del agua, el Govern de Cataluña ha insistido en que no se retirará esta fase de emergencia porque también hay que estudiar el contexto además de conseguir el aumento del volumen del agua.

Esta emergencia por sequía fue declarada el pasado 1 de febrero en Cataluña y afectó a seis millones de personas de las áreas de Barcelona y Girona. Las medidas implantadas pasaron por la limitación del consumo a un máximo de 200 litros por habitante y día. En la rueda de prensa en la que se anunció esta declaración por sequía, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonés, destacó la gravedad de la situación y señaló que desde que existen mediciones pluviométricas “no nos habíamos enfrentado a una sequía tan prolongada”. Aunque aclaró que la solución a la sequía es posible, también mostró que la realidad actual no contribuye a la esperanza: “estamos en una nueva realidad climática en la que es más probable que haya nuevas sequías y sean más frecuentes e intensas”.

Este estado de emergencia en el que ahora se encuentra Cataluña, cuenta con tres niveles, donde las restricciones van aumentando progresivamente. Para la fase I, la actual, 100 hectómetros cúbicos eran los que marcaban el acceso; en la fase II, la capacidad fijada es de 67hm³ y el consumo máximo es de 180 litros diarios por habitante; y en la fase III, son 37hm³ y el consumo máximo, 160 litros.

Sequía generalizada

Con todo ello, aunque sus embalses han superado por la mínima el límite fijado por el Plan Especial de Sequía, Cataluña sigue en situación de sequía. Por lo que respecta al resto de España, las cuencas hidrográficas que siempre han ascendido se encuentran ahora en niveles muy bajos: Duero (82,5%); Guadiana (40,4%); Guadalete Barbate (21,4%); Guadalquivir (30,3%); Mediterránea andaluza (22,3%); Segura (20,9%) Júcar (52,2%); y las internas de Cataluña (15,5%). Además, han descendido aquellas que siempre han presentado los niveles más altos: Cantábrico occidental (84,9%); Miño Sil (87,3%); Galicia costa (88%); País Vasco (90,5%); Tajo (71,6%); Tinto, Odiel y Piedras (78,6%).