En la era contemporánea, el fútbol ha pasado de ser un deporte arraigado en las comunidades a convertirse en un monstruo mercantil que devora sus propios valores. La esencia deportiva y la pasión de los aficionados han sido desplazadas por estrategias financieras que priorizan el lucro sobre la integridad del juego. La Liga Española, en particular, ha sucumbido ante esta vorágine de intereses económicos desmedidos, evidenciando una preocupante devaluación en los últimos años

En concreto, la liga española de fútbol -llamada desde esta temporada LaLiga EA Sports (sí, en serio)-, considerada durante años como una de las mejores del mundo, atraviesa una situación delicada que pone en riesgo su prestigio y su competitividad. Los datos económicos, deportivos y de audiencia reflejan una tendencia negativa que evidencia la pérdida de atractivo y de calidad de la competición nacional.

La fuga de talento

Uno de los factores que más ha contribuido a esta devaluación ha sido la fuga de talento que se ha producido en los últimos años. La salida de grandes estrellas como Cristiano Ronaldo, Neymar, Luis Suárez o Messi ha dejado un vacío difícil de llenar en los equipos españoles, que han visto mermada su capacidad para retener o fichar a jugadores de primer nivel. Según el portal Transfermarkt, el valor de mercado total de los clubes de la liga española ha pasado de 4.720 millones de euros en 2018 a 3.300 millones en 2021, lo que supone una caída del 30%. Por el contrario, el valor de mercado total de los clubes de la Premier League inglesa ha aumentado un 9% en el mismo periodo, alcanzando los 10.420 millones de euros.

Esta diferencia se refleja también en el gasto en fichajes, donde la liga española ha quedado relegada al sexto puesto entre las principales ligas europeas, por detrás de Inglaterra, Francia, Italia, Alemania y Arabia Saudí. En este sentido, entre todos los clubes españoles han gastado poco más de 400 millones de euros en el último mercado estival, lejos de los 1.540 que invirtieron en el último mercado antes de la pandemia. Solo el Real Madrid aguanta el tipo con 129,5 millones gastados, mientras que el Barcelona solo ha podido incorporar a un jugador por 3,4 millones y el Atlético ha llegado a los 33 kilos.

La pérdida de calidad y competitividad de la liga española también se ha traducido en una pérdida de audiencia e interés por parte del público. Según datos del portal Dosdoce.com, la audiencia media acumulada (AMA) por partido en televisión ha caído un 18% desde la temporada 2017-2018 hasta la temporada 2020-2021, pasando de 2,1 millones a 1,7 millones. Además, el número medio de espectadores en los estadios ha descendido un 23% en el mismo periodo, pasando de 26.800 a 20.600. Estas cifras vuelven a quedar en evidencia si se contrastan con las registradas por la Premier League inglesa, que ha mantenido o aumentado su audiencia tanto en televisión como en los estadios.

La precaria situación de la mayoría de equipos

La fuga de talento no solo afecta a los grandes clubes como el Real Madrid o el Barcelona, sino también al resto de equipos que conforman la liga española. La crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus ha impactado negativamente en las finanzas de los clubes, que han visto reducidos sus ingresos por taquilla, patrocinios o derechos televisivos. Según un informe publicado por la FIFA en enero de este año, siete de los diez clubes que más han perdido en las ventanas de transferencias del 2020 fueron españoles. El balance de fichajes en los últimos cinco años de la liga española es de -170 millones de euros.

Esta situación ha obligado a muchos clubes a ajustarse el cinturón y a vender a sus mejores jugadores para cuadrar sus cuentas. Así lo han hecho equipos como el Villarreal, que ha perdido a Pau Torres y Samu Chukwueze; el Betis, que ha traspasado a Sergio Canales; o el Valencia, que ha vendido a Carlos Soler y Gonçalo Guedes. Estas ventas debilitan el potencial deportivo y la competitividad de los equipos españoles, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

Los abusivos precios para ver el fútbol

Otro factor que explica la pérdida de interés por la liga española es el elevado precio que tienen que pagar los aficionados para ver el fútbol en directo o desde casa. Ir al estadio se ha convertido en un lujo para muchos bolsillos, ya que el precio medio de una entrada para un partido de primera división es de 54 euros.

Ver el fútbol desde casa tampoco es una opción barata ni sencilla para los aficionados. Para poder acceder a todos los partidos de la liga española hay que contratar varios operadores de televisión, como Movistar, DAZN u Orange, que ofrecen distintos paquetes y precios. El coste medio de ver el fútbol por televisión en España es de 50 euros al mes, lo que supone un desembolso anual de 600 euros. Además, la oferta es confusa y cambiante, lo que dificulta la fidelización y la satisfacción de los clientes.

Estos precios desorbitados dificultan el acceso al fútbol de muchos aficionados, especialmente en un contexto de crisis económica y social como el actual. Además, generan una sensación de descontento e indignación entre los seguidores, que ven cómo se les priva de disfrutar de su pasión mientras los clubes y las instituciones se reparten los beneficios.

Tebas y el polémico CVC

La gestión de la liga española también ha estado marcada por la polémica figura de su presidente, Javier Tebas, y por el reciente acuerdo con el fondo de inversión CVC. Tebas lleva al frente de la liga desde 2013 y ha sido criticado por su autoritarismo, su falta de transparencia y su enfrentamiento con algunos clubes, especialmente con el Real Madrid y el Barcelona. Su último movimiento ha sido impulsar el proyecto LaLiga Impulso, que consiste en ceder el 10% de los derechos audiovisuales de la liga a CVC a cambio de una inyección económica de 2.700 millones de euros.

Este acuerdo ha generado un gran rechazo entre los clubes más poderosos, que lo consideran una venta a precio de saldo y una hipoteca para el futuro del fútbol español. El Real Madrid ha llevado a Tebas a los tribunales por este caso, mientras que el Barcelona y el Athletic se han descolgado del pacto. El acuerdo ha salido adelante con el apoyo de la mayoría de los clubes, que ven en él una oportunidad para aliviar sus problemas económicos, pero también ha generado dudas sobre la viabilidad y la rentabilidad del mismo.

La enorme (y cada vez mayor) brecha entre los equipos grandes y los pequeños

La liga española también se caracteriza por la gran brecha que existe entre los equipos grandes y los pequeños, que se refleja en la desigualdad de ingresos, presupuestos y resultados deportivos. Los clubes más poderosos, como el Real Madrid o el Barcelona, acaparan la mayor parte de los recursos económicos, gracias a sus contratos publicitarios, sus derechos televisivos o su participación en competiciones internacionales. Según los datos ofrecidos por la liga, estos dos clubes ingresaron en la temporada 2019-2020 más de 700 millones de euros cada uno, mientras que el Leganés, el equipo con menos ingresos, apenas llegó a los 45 millones.

Esta diferencia se traduce en una mayor capacidad para fichar a los mejores jugadores y para competir por los títulos. Los clubes más modestos tienen que conformarse con sobrevivir en la categoría y con evitar el descenso. La liga española ha sido dominada históricamente por el Real Madrid y el Barcelona, que suman entre los dos 60 títulos de liga. El Atlético de Madrid es el único equipo que ha podido romper esta hegemonía en los últimos años, ganando dos ligas en 2014 y 2021. El resto de equipos se reparten solo nueve ligas entre todos.

¿Ya no interesa el fútbol?

Sin embargo, no todas las razones que explican esta pérdida de interés del deporte rey se encuentran dentro del mundo del fútbol. Y es que, según varios estudios e informes realizados en los últimos años, el fútbol está perdiendo audiencia, espectadores y aficionados a un ritmo alarmante. Algunos de los factores que explican esta tendencia son: el elevado precio de las entradas y las suscripciones para ver el fútbol, la saturación de partidos y competiciones, la falta de calidad y emoción de los encuentros, la desigualdad entre los equipos, la corrupción y la violencia en el entorno futbolístico, la competencia de otras formas de ocio y entretenimiento, y la pérdida de identidad y valores del fútbol.

Por ejemplo, según un estudio realizado por la consultora Toluna, solo el 13% de los espectadores españoles se interesa por todos los partidos que se dan (La Liga y Champions), y un 51% declara que prefiere quedarse sin ver a su equipo favorito si surgen otros planes mejores. Además, el 40% dice "aburrirse cada vez más" con el fútbol.

¿Es la Superliga el futuro?

En este sentido, una de las ideas que han surgido en los últimos años para evitar la caída del fútbol es el proyecto de la Superliga, una competición alternativa a la Champions League que pretende reunir a los mejores clubes de Europa. El objetivo de este proyecto es aumentar los ingresos y el prestigio de los clubes participantes, así como ofrecer un espectáculo más atractivo y competitivo para los aficionados.

Sin embargo, el proyecto de la Superliga ha generado una gran controversia y oposición por parte de la UEFA, la FIFA, las ligas nacionales, los gobiernos y los hinchas. Los críticos consideran que la Superliga es una iniciativa elitista, cerrada y mercantilista, que rompe con el espíritu del fútbol y que amenaza el equilibrio y la sostenibilidad del deporte. Además, el proyecto ha sufrido varios cambios y reveses desde su anuncio hace un año, quedando solo tres clubes como impulsores: el Real Madrid, el Barcelona y el Juventus.

No obstante, pese a las trabas que ha encontrado el proyecto, Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, sigue teniendo claro que el futuro pasa por este modelo. "El proyecto Superliga es el mejor posible y se ha hecho para ayudar al fútbol a salir de la crisis. El fútbol está gravemente herido porque su economía se hunde y hay que adaptarse a la época que vivimos. La Superliga no va contra los campeonatos domésticos y tiene como objetivo que fluya más dinero para todo el fútbol. Se ha pensado para darle más interés a los partidos. Y creo que la nueva reforma de la UEFA tampoco da solución al problema porque lo que se ha presentado ni siquiera es mejor que lo que hay. Y además no podemos esperar hasta 2024. Pero en fin, alguna cosa habremos hecho mal. Vamos a darle una vuelta y a confrontar ideas", explicaba el dirigente blanco en una entrevista concedida a 'As'. 

"No sé, pero algo hay que hacer porque la juventud, entre los 14 y 24 años, está abandonando el fútbol porque les aburre frente a otros entretenimientos que prefieren. Hay 4.000 millones de fans del fútbol repartidos por todo el mundo y la mitad de ellos son fanáticos de los clubes de la Superliga. El fútbol es el único deporte global", añadía.