La revolución de las llaves que recorrió el pasado domingo las calles de Madrid ha sentado un precedente sobre el derecho efectivo a la Vivienda. 22.000 personas -150.000 según los sindicatos- colapsaron desde Atocha hasta Callao reclamando un techo bajo el que vivir y medidas efectivas a las administraciones públicas, indistintamente del color político (de ahí que aparecieran nombres del Gobierno Central, el de Isabel Díaz Ayuso o el de José Luis Martínez-Almeida en las pancartas), para ello.

Una semana después, con la situación ni mucho menos asentada -más bien todo lo contrario-, el portavoz del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid, Pablo Pérez, atiende a ElPlural.com.

Orgulloso de la respuesta que dio la gente el fin de semana, el representante del agente social asegura que esta es “solo el punto de inicio hacia un largo proceso que se inicia ahora: la huelga de alquileres".

Directo al cuello, Pérez explica a este medio que ya han lanzado en su página web un formulario para recoger la información de quien tenga interés en esta drástica -aunque única a ojos del sindicato- solución. “A partir de ahí, iremos dando forma a asambleas territoriales y maneras de organizarnos para demostrar tanto a los caseros como a los gobiernos que, si no actúan, si no toman ninguna medida efectiva, se acaba su tiempo y empieza el nuestro”, emite: “Tenemos mucho más poder del que creemos”.

Tenemos mucho más poder del que creemos

El responsable del sindicato convocante de la multitudinaria marcha se ha pronunciado también sobre la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez -quien, lejos de cualquier atisbo de dimitir, pedía esta semana “esperanza” y “comprensión”- y acerca del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que en el día después confirmaba el reparto de 200 millones de euros para el bono joven de alquiler.

Bajar los alquileres al 50%: la única solución

“Repetimos el mensaje: el tiempo de los políticos se ha acabado”, inciden. En cuanto a la ministra, lamentan que “no ha tomado ninguna medida que les ayude como inquilinos o mejore nuestras condiciones de vida”. “Han sido todo palabras vacías una vez más (…) Ahora habla de comprensión, esperanza y determinación, pero para nosotros son palabras vacías, porque llegará el mes de noviembre y tendremos que seguir pagando alquileres que son demasiados altos para nuestros salarios”, emplaza, haciendo hincapié en la misma medida: “A no ser que bajen los precios en un 50%, no hay otra medida que desde el sindicato consideremos adecuada para empezar a abordar este problema, porque el problema ya se ha ido de las manos (…) Lleva mucho tiempo creciente”.

El problema se ha ido de las manos

El Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid tampoco ve con buenos ojos la medida confirmada por el líder de Moncloa sobre el bono joven del alquiler. “Es algo que ya estaba tomado y que hemos criticado mil y una veces porque supone una transferencia de dinero público a los caseros, que seguirán subiendo los precios mientras no haya una regulación efectiva”, subrayan.

Además, apuntalan que esta medida “no llega a todos los jóvenes que lo necesitan”: “¿Qué pasa con los que están emancipados? ¿Y con los que están en un piso cuyo nombre no aparece en el contrato porque han entrado más adelante por la manera en la que funciona el mercado de alquiler para los jóvenes y la enorme desprotección que tenemos?”. “Es una medida que llega a muy poca gente, que termina en el bolsillo de los caseros y que no soluciona los problemas de raíz por los que salimos a la calle”, amplía Pérez.

La izquierda a la izquierda del PSOE: “No nos atrevemos a decir que han sido aliades”

Preguntado por el papel que están desempeñando formaciones como Podemos o Sumar, asistentes a la manifestación, pero sobre los que tampoco escatiman las críticas por las acciones que han desempeñado desde dentro del Ejecutivo; en el caso del de Yolanda Díaz como ministra de Trabajo, el portavoz del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos lamenta que han perdido la oportunidad de “tomarse en serio el problema de la Vivienda y ofrecer soluciones”:  “No nos atrevemos a decir que han sido realmente aliades de los inquilinos más allá de lo discursivo”.

Por último, asegura que la semilla se sembró en Madrid y que, aunque no han cerrado más convocatorias en el momento de publicación de este artículo, sí que hay otros territorios en los que se están planteando movilizaciones: “Os mantendremos informados en cualquier caso (…) Cuando haya movilizaciones, lo sabréis”.

Diferencias entre las fuerzas progresistas

La Vivienda enfrenta a la izquierda, dado que más allá de los sindicatos algunos partidos de este lado del tablero tampoco ven suficientes -en ocasiones eficaces- las medidas que está tomando el Ejecutivo Central en esta materia.

Esta semana ha sido asunto de debate en el Congreso de los Diputados, aunque el tema venía resultando candente desde principios de semana, cuando varios rostros conocidos se pronunciaron al respecto, algunos de ellos de manera muy contundente, como es el caso de Íñigo Errejón, que tachó de “bizum de dinero público a los caseros” lo dispuesto por el presidente horas antes.

El mismo tono adoptó Podemos, cuya responsable en Europa, Irene Montero, acusó al Gobierno de “no hace nada” con el alquiler. “¿De verdad no sabe el Presidente que las ayudas, si no se topan los precios, provocan que siga subiendo el precio de la vivienda y que rentista y fondos de inversión se llenen más los bolsillos? (…) Sí lo sabe, sí. El Gobierno que no hace nada”, emite.

Y, entre otros, desde la izquierda abertzale Óskar Matute se dirigía asimismo al responsable de Moncloa, tanto en redes sociales como directamente desde la Cámara Baja. “Esta medida por sí sola no tendrá efectos positivos para la juventud si no va acompañada de medidas como el tope de precios. Si no se frenan los abusos contra los inquilinos, los alquileres seguirán subiendo y esas ayudas públicas acabarán en los bolsillos de los propietarios”, indicaba.

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