Dos perros especializados en la búsqueda de restos biológicos de la Unidad Canina de la Guardia Civil trasladados desde Madrid están rastreando la casa del padre de las dos niñas secuestradas en Tenerife, Tomás Gimeno, en busca de pistas sobre las pequeñas.

Los dos animales están trabajando en el terreno y la vivienda, de unos 2.000 metros cuadrados, en busca de posibles indicios sobre las últimas horas del padre en el lugar junto a las niñas, según la prensa canaria. Una de las hipótesis que manejan los investigadores es que las niñas y el padre podrían no haber salido de la isla. Este es el cuatro registro que se realiza en el lugar.

Los vecinos las oyeron jugar

En la tarde en la que desaparecieron, los vecinos llegaron a escuchar a la niñas jugar en la casa, por lo que la investigación se centra en aclarar qué sucedió durante ese tiempo que las menores estuvieron con su padre.

Los agentes que accedieron a la vivienda se encontraron con un gran desorden, suciedad y objetos en el suelo. Les llamó especialmente la atención un rollo de bolsas de basura en el jardín, que parecía recién comprado, pero que estaba incompleto.

Los agentes no encontraron ropa de las niñas en la casa

La madre de las niñas ha declarado que en la casa de su exmarido había ropa de las niñas, pero los agentes no la encontraron durante los registros.

Según registraron las cámaras del puerto, el hombre cargó su barco con bolsas y maletas y zarpó. La Guardia Civil le encontró navegando sobre las 23:15 de la noche y le detuvieron por saltarse el toque de queda, pero no vieron nada que les llamara la atención. La madre aún no había puesto la denuncia.

El análisis de las balizas y los trayectos del tráfico marino la noche del 27 de abril y la madrugada del día 28 ha descartado que algún barco fondeara junto a la lancha de Tomás Gimeno después de que se adentrara solo, supuestamente, en el mar. Su embarcación quedó sin gobierno a 37 kilómetros de la costa de Tenerife.