La Guardia Civil de Valencia ha detenido a un hombre por un delito de trata de seres humanos con fines sexuales y liberado a dos mujeres de ejercer la prostitución contra su voluntad gracias a que una vecina de las víctimas presentó una denuncia, lo que llevó a los agentes a poder liberarlas. Esta operación evidencia la importancia que tiene que los vecinos y el entorno de las víctimas levanten la voz por ellas.

La investigación comenzó la Guardia Civil recibió una llamada de una vecina que comunicaba que una chica le había solicitado ayuda, ya que se había escapado de una vivienda donde era forzada a ejercer la prostitución. Además, dentro de esa vivienda aún permanecía otra mujer en esa misma situación. La víctima denunció que fue captada mediante un anuncio en una aplicación móvil donde localizó una oferta de trabajo en el sector de la hostelería. Una vez en contacto, un hombre le comentó que el trabajo sería en la localidad de Cullera, en Valencia, y que le abonaría el transporte hasta el lugar.

Obligadas a prostituirse

El detenido a su llegada le comunicó que iba a trabajar como dama de compañía por lo que tenía que hacerse fotos para subirlas en una aplicación. Cuando la víctima empezó dicha actividad los clientes le solicitaban sexo, a lo que accedió, debido al estado de necesidad y amenazas que recibía por parte de él. Asimismo, el detenido logró captar a otra mujer de la misma manera, obligándoles a ambas a ejercer la prostitución y darle el sesenta por ciento del dinero obtenido.

Finalmente, el operativo llevado a cabo por agentes de la Guardia Civil y Policía Local de Cullera, culminó con la liberación de la mujer que aún se encontraba en el interior de la vivienda, así como la detención de un hombre de 30 años y de nacionalidad colombiana por un delito de inducción a la prostitución, amenazas, trata de seres humanos con fines sexuales, detención ilegal y contra la salud pública.

En el registro llevado a cabo en la vivienda donde se ejercía la prostitución se intervino varios teléfonos donde los clientes supuestamente concertaban las citas, dosis de LSD, hachís, marihuana, setas alucinógenas, una báscula de precisión y una agenda con anotaciones sobre cuentas. Las diligencias han sido entregadas en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 2 de Sueca, cuyo titular será el encargado de instruir la causa.

La importancia de las denuncias

La Guardia Civil ha querido recordar lo importante que es la colaboración ciudadana para conocer los delitos y evitar que se cometan en un futuro, pudiéndolo comunicar directamente al Centro Operativo de Servicios (COS), teléfono 062 o por medio de la aplicación Alertcorps. De hecho, hay que recordar que, por ejemplo, en materias tan sensibles como es la violencia de género, no llegan al 3% el número de denuncias que presenta el entorno de la víctima, lo que eleva exponencialmente la cantidad de años a los que una mujer se ve sometida a esta lacra hasta que se ve con fuerzas suficientes para presentar ella misma la denuncia contra su pareja o expareja.

En temas como la trata y la explotación sexual forzada, el número de denuncias de vecinos es prácticamente inexistente, pese a que la cantidad de casos no deja de crecer. Como ejemplo de lo anterior, el caso de una madre que pretendía prostituir a su hija de 15 años a la que el Tribunal Supremo impuso hace unos meses una condena de cuatro años de cárcel.

La mujer, que fue condenada como autora de un delito prostitución y explotación sexual y de corrupción de menores recurrió la sentencia porque no quedó acreditado que la menor llegara a prostituirse. Sin embargo, el Alto Tribunal mantiene la condena porque, “la correcta subsunción de los hechos no exige que la menor haya llegado a prostituirse”.

Los magistrados añaden que “es un delito de mera actividad, de resultado cortado y de tendencia, sin necesidad de que el resultado se produzca efectivamente”. Y es que “determinar a la prostitución del art. 188.1 del CP de 1995 no requiere que la víctima haya llegado a mantener relaciones sexuales por precio; es suficiente con haberla colocado en posición de tener que hacerlo en situaciones en las que su necesidad es clara.