La Navidad suelen ser fechas de felicidad y cariño con los nuestros. Seguramente, este año y, aunque cada vez se ve más cerca la luz al final del túnel, siga siendo necesario recordarlo y recordar historias como la que traemos en este artículo. 

Todo el mundo conoce a Freddie Mercury, el emblemático cantante de Queen que falleció a la edad de 45 años a causa del SIDA, una enfermedad por aquel entonces letal. El artista -con mayúsculas- dejó tras de sí y junto al grupo británico el legado más preciado en forma de canciones. De hecho, Mercury suele ser protagonista también en esta época; ya que muchos de los regalos que los Reyes Magos dejan debajo del árbol tienen que ver con su figura. 

No cabe duda de que el también compositor es una leyenda en el mundo de la música. Sin embargo, cuanto más se sabe de él más claro queda que era también una grandísima persona. Muy ambiciosa, eso sí; en ocasiones demasiado, pero con un gran corazón al fin y al cabo. 

Una prueba más de ello es que el líder de Queen sigue repartiendo una cesta de Navidad a las personas más allegadas a título póstumo. Es decir, después de su fallecimiento. En concreto, el 24 de noviembre se cumplían 30 años de la muerte de Mercury. Desde entonces el artista sigue agradeciendo a sus amigos que estuvieran con él, incluso en los momentos más difíciles, y lo hace con una cesta de navideña. 

Según recoge el Daily Mirror, el artista dio una lista a los almacenes de lujo londinenses Fortnum & Mason de sus amigos para que cada año tuvieron un obsequio de su parte por estas fechas. El contenido de la misma se desconoce, pero es fácil intuir que no queda exenta de nada, dado el carácter de los almacenes. 

En cualquier caso, este no es sino un ejemplo más de la grandeza del cantante, que supo agradecer a quienes siempre estuvieron con él que permaneciera a su lado. De ahí que su mansión y la mitad de la herencia terminara en manos de su íntima amiga Mary Austin y que a su último novio, Jim Hutton, tampoco le faltara de nada hasta sus últimos momentos.