Este domingo se paraliza el mundo, sobre todo en dos países: Francia y Argentina. A las 16:00 horas será raro encontrar a alguien cerca de la Torre Eiffel o en el centro de Buenos Aires si no es para ver el que muchos consideran el partido de sus vidas.

Los argentinos no levantan el trofeo más prestigioso del universo fútbol desde México 86. Las imágenes más icónicas de entonces corresponden al que -al menos hasta la llegada de Messi- los albicelestes consideran su dios (D10S por el dorsal que lucía).

Se trata, efectivamente, de Diego Armando Maradona. A él se encomiendan. “En el cielo lo podemos ver (…) alentándolo a Lionel”, cantan los versos de la que se ha convertido en poco menos que el nuevo himno del país. Toda la trayectoria del ‘pelusa’ ha sido histórica -con sus luces y sus sombras-, pero si hay un campeonato que resultó especial para él ese es el de la última vez que su país ganó el trofeo, y es que su ‘Mano de Dios’ y su gol imposible -ambos frente a Inglaterra- ya forman parte del libro dorado del balompié.

En el otro lado, la Francia de Mbappé, Griezmann y compañía. Los franceses, con las mismas estrellas en el pecho que sus adversarios, parece que fueran a ganar la copa por primera vez, y es que sus ilusiones se mantienen también intactas pese a que hace tan solo cuatro años que ganaron su último Mundial. El país vecino al nuestro podría hacer historia y sumarse a ese pequeño elenco de equipos que ha levantado la copa varias veces consecutivas.

El adiós de Messi

Es uno de los nombres propios, sin duda. El 10 de argentina y ex del Barcelona, rosarino de nacimiento y argentino de corazón, está ante la última oportunidad de ganar un Mundial. La ‘pulga’ tiene todos los trofeos en su vitrina, tanto individuales como colectivos, pero le falta uno, seguramente el más importante. El que puede sellar el nombre de Leo Messi como el mejor futbolista de todos los tiempos.

Los argentinos no quieren que se repita la imagen de Brasil 2014, en la que su crack pudo ver, pero no tocar la copa. Paradójicamente esta temporada también en el Maracaná del eterno rival (Brasil) ha ganado la Copa América. Pero todo, lo bueno y lo malo, es historia, como la que quieren hacer él y sus hombres de la mano de otro Lionel (Scaloni) en Qatar.

Mbappé, a por la historia

Un todavía jovencísimo Kylian Mbappé ya sabe lo que es ganar un Mundial. Fue hace cuatro años, en Rusia y ante una entonces sorpresiva Croacia de Luka Modric. Apenas cumplida la mayoría de edad, la estrella del PSG ya consiguió su sueño; pero tiene en sus pies la posibilidad de revalidarlo bajo los mandos de Didier Deschamps.

La plantilla del gallo ha llegado una vez más hasta la final de la mano de Griezmann, Giroud, Lloris y un largo etcétera entre el que no ha podido estar el jugador del Real Madrid, Karim Benzema que, sin embargo, ha mostrado su apoyo en innumerables ocasiones -pese a las diferencias con el seleccionador- durante todo el torneo.

El último baile de estrellas

El Mundial de Qatar ha sido de los más polémicos (entre otros con ese calificativo se encuentra el de la Rusia de Putin y el de Argentina, este último en plena dictadura de Videla), pero ha sido histórico también en lo deportivo.

Desde la valiente selección de Marruecos, que se ha convertido en la primera selección africana en llegar a una semifinales mundialistas, hasta el último baile de estrellas de la talla como Cristiano Ronaldo o los propios MessiModric. De ellos, ya solo el segundo tiene la oportunidad de poner el broche de oro a su carrera.

 

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