Es un viernes previo a Nochevieja (aunque esta entrevista vea la luz al final de las fiestas). Te sientas a esperar en un bar cercano a la sala Moon, en Moncloa. Mientras remueves el café con la cucharilla te acuerdas de aquellos años universitarios, en los que jugabas a ser periodista con un móvil y muchas ganas de conocer a tus grupos favoritos. Piensas también en que a pocos kilómetros de ahí, de algún modo se dirige un país en el que "polarización" ha sido elegida palabra del año por la Fundéu, y en que “joder, qué bien se vivía siendo estudiante”.

De repente varias personas bajan de su furgoneta, te chocan la mano como si te conocieran de toda la vida. Incluso hay quien te confunde con técnico de sonido. El mal del periodista siempre fue considerarse más importante de lo que es. Aparece Tony Moreno (voz de Eskorzo) que responde encantado a tus preguntas, igual que si se las formulara un amigo. Te saca una cerveza, se enciende un cigarrillo. Empezamos.

Memoria histórica (que de eso en Granada saben un rato), evolución musical, nombres como Rozalén, La Pegatina, Los Planetas, Mick Jagger, Keith RichardsDavid Bowie, e incluso Daddy YankeeBad Bunny se entremezclan y, sin saber cómo, acabas cayendo en tu propia “trampa”, la de que el entrevistado se sienta cómodo; de primero de Periodismo. Porque estás tan a gusto que el que se releja eres tú y olvidas el guion, como el que conoce a una persona y toma algo con ella por primera vez.

Eso da cancha para que salga una entrevista de las de verdad, las políticamente incorrectas y con crítica política, llenas de mensajes directos con los que uno puede estar más o menos de acuerdo (eso va a gusto del lector) y, sobre todo, de mucha música y rupturas de etiquetas, en el aspecto tanto musical como profesional. Si el disco nuevo, el octavo, que se dice pronto, se llama  Amor y otras mierdas, ¿qué os esperáis? Mejor nada, que así las cosas, como la vida (el trabajo forma parte de la misma), se ve mejor. Más optimista o, como las canciones de la banda, más mestiza.

PREGUNTA (P): 30 años con muchos, ¿creíais llegar a cumplir tres décadas cuando empezasteis?

RESPUESTA (R): Ni de coña. Siempre tienes el sueño de seguir tocando, pero claro… Por un lado, tres décadas pesan porque te vas haciendo viejute, el ímpetu lo mantienes intacto, pero ves que van saliendo traperos (risas). Aunque, por otro lado, le das la vuelta y piensas en que sigues dando botes encima de un escenario, sacando discos, girando por el mundo… Pero, ¿imaginártelo? No, aunque esto es la vida.

P: Quedamos entonces en que las ganas no se resienten. Al menos, es lo que parece, por lo que tocáis, por lo que seguís haciendo, etc.

R:  Al revés, tenemos las mismas. Yo cuando nos preparamos para un bolo importante o nos vamos de gira me sigo poniendo nervioso toda la semana (por ejemplo, el cierre de año en Madrid). Y eso es muy guay.

Así que, claro que tenemos ilusión. Ya estamos pensando en el siguiente disco, dentro de dos o tres años.

P: Precisamente, haciendo alusión al nombre del disco. Una pregunta que te podría hacer perfectamente Robe Iniesta. ¿Qué es al amor para Eskorzo?

R: Pregúntaselo a Robe (risas). Yo diría que es un sentimiento más. Que bien llevado puede ser súper beneficioso y mal llevado convertirse en un infierno. De eso habla un poco este trabajo: la falta de amor, de empatía, el exceso de amor, el mal querer… Tocamos muchos ángulos y llegamos a la conclusión de que el amor es el que te salva, pero también en nombre de él a veces hacemos cosas sin sentido. Por ejemplo, la diferencia entre amor y apego, cuando el sentimiento hacia la otra persona es más de posesión, más tóxico.

El amor bien llevado puede ser súper beneficioso, pero mal llevado convertirse en un infierno

P: Sois los primeros (o de los primeros) en vuestra generación que sentáis las bases del género fusión.

R: Más bien sentamos nuestras bases, como Eskorzo. Cuando tocas un género que se puede definir como música mestiza… aunque para mí no es un género, sino como debería ser la música. Hace poco descubrí una canción de Keith Richards, de reggae, y me quedé flipando con como canta el colega con 80 años.

Para mí toda la música es mestiza. El pop lo es, sin ir más lejos, porque procede de fusiones de cosas. Si nos ceñimos a grupos concretos: Radio Futura, en los 80, ya venía metiendo afrocubano… El flamenco, en contra de lo que muchos piensan, viene del mestizaje más grande. En definitiva, las bases ya venían sentadas, de tiempos donde la música estaba viva, no estaba grabada y no se etiquetaba en un estilo.

P: Me gusta esta idea, porque si ahora os llega una persona que no os haya escuchado nunca y os pregunta con qué estilo os definís, ¿qué le decís?

R: Como le empiece a soltar… Le diría que hacemos un poquillo de rock con cumbia, que metemos cosas latinas… que vamos integrando todo lo que nos gusta, buscando siempre cierto bailoteo. Quiero decir, no hacemos música minimalista, sino con cierto ritmo. Nos gusta mucho la música de raíz, la música negra… por decirte algo así un poco más concreto.

P: De hecho, una cosa que me gusta mucho de vosotros es precisamente esa música bailable. Me recuerda, salvando las distancias, a grupos como La Pegatina, con el que también colaboráis en este disco. Hace tiempo hablé con ellos y me decían que el objetivo era que la gente lo pasara bien en sus conciertos. Vosotros incluís un toque de protesta a vuestras letras, aunque no sea de manera directa. Y esto me lleva a preguntaros cuál es el objetivo último de vuestra música.

R: También mover conciencias, porque creo que la música es una herramienta muy importante para ello, y si puedes cambiar un poquillo algo, bienvenido sea. Tampoco vamos de gurús de la vida, porque “aplícate el cuento tú primero”. Hablamos mucho del amor, por ejemplo, pero no tenemos ni puta idea de cómo gestionar nuestras emociones, aunque estamos luchando por ello.

Es algo que echo de menos en la música de ahora. Hay gente muy guay. Soy capaz de reconocer que Daddy Yankee es muy bueno en lo suyo, por ejemplo, pero faltan David Bowies y compañía. No me estoy haciendo el viejuno, sino que echo en falta más contenido y más variedad. Siempre ha habido peña moviendo el culo y grupos de cinco tíos súper guays boy band, pero también había otras cosas. Ahora no se mueve desplaza mucho el mensaje más allá de vamos a follar todo el rato, qué bueno estás, qué buena estás, ya eres mi ex… Es la música que escucha mi hija de once años.

P: Me quedo con la parte de remover conciencias. Otra de las artistas con las que colaboráis en este último trabajo, Rozalén, gran defensora de la memoria histórica, sufrió no hace mucho acoso en redes sociales. ¿Cómo se tiene que responder a esto desde la cultura? Mucha gente pasa porque “no va a cambiar nada”. Evidentemente, el escenario no es precisamente halagüeño, pero lo que no va a transformar ni un poco el mundo es quedarse de brazos cruzados. Si nadie hacemos nada…

R: Si te mueves por el miedo… Mira, no le vas a gustar a todo el mundo, y más en esta época internet en la que todo el mundo puede opinar. Lo siento, pero no todas las opiniones son válidas ni respetables. Habrá quien me llame intolerante, pero para mí no se puede tolerar a los intolerantes, a quienes defienden la violencia, van en contra de los derechos humanos…Todo eso ya está escrito, lo que pasa es que no se lee.

A eso se responde con canciones, siguiendo con tu trabajo y pasando de la peña. Que digan lo que quieran. Antes la gente también hablaba, criticaba y había leyendas urbanas, lo que no existían eran las redes sociales. Y si tú te posicionas, como tienes que hacer, como persona que eres, pasa lo que pasa.

Ahora, por ejemplo, por decir que eres propalestino (por cierto, somos un país que lo ha sido de toda la vida) es como decir que eres terrorista. Creo que vivimos una época muy sucia y oscura, en la que todo está contaminado, hay mucha mala leche y la gente está amargada. El mundo siempre fue una porquería, pero hay que pasar. Si te sucede como a María (Rozalén), que va a la memoria, a hablar por la gente desaparecida en cunetas, muerta por una puta dictadura, si criticas lo que fue el régimen… Ya te insultan como rojo. Se ha perdido el sentido común. Hay mucha ultraderecha en el mundo…  Está todo virando a unos sitios que huele a apocalipsis.

Decir que eres propalestino es como decir que eres terrorista (...) Si haces como Rozalén, que va a hablar de la gente desaparecida en  cunetas por una puta dictadura, ya te insultan como rojo

P: Sobre las etiquetas, también en el mundillo. Hay quienes dicen que el rock es solo cosa del norte, el flamenco del sur… En vuestro caso, que vuestra música es “solo” festivalera, cuando demostráis que, tanto vosotros como otros grupos del estilo llenáis constantemente salas.

R: Me parece que hay mucha gente que es gilipollas, que quiere opinar, poner etiquetas y… yo que sé. Cuando dicen que somos festivaleros… ¿qué queréis que seamos? ¿cortavenas? No me vengas a ver si no te gusto, si no intento convencer a nadie.

A mí mientras el cuerpo y el corazón me lo permitan, estaré dando brincos sobre el escenario. Tú ves a Mick Jagger… y a su edad transmite que flipas. ¿Qué quieres? ¿Que me ponga de espaldas a la gente como un amargado? Yo no lo hago así, si tú sí, de puta madre.

Soy muy colega de Jota (Los Planetas), y hemos coincidido un millón de veces en la Sala Planta Baja, de Granada, ciegos perdidos, hablando de todo… Para mí vivir la música así, modo frontman, es terapia, pero cada uno es como es.

Yo no podría hacer de Jota, aunque es muy fácil (risas); y siempre le digo que, pese a que él es aburrido y cortavenas, sería un buen frontman; porque lo que hace, lo hace muy bien, ahí solo No hay que dar saltos de siete metros ni gritar como un loco para ser un buen frontman. Cada uno toca como es.

P: ¿Qué diferencias tiene este trabajo respecto a los siete anteriores? ¿Qué evolución habéis notado?

R: Si te digo la verdad, no lo sé. Yo creo las canciones, que son más atemporales. De hecho, algunas las escribimos en la pandemia; y antes, porque este disco tendría que haber visto la luz entonces.

Pienso que hay que hacer los temas atemporales. Y ese es el espíritu de la banda. Es cierto que hemos metido algunos ritmos trap, bastante bombo electrónico, hemos electrificado un poco…

Me parece que hay mucha gente que es gilipollas, que quiere poner etiquetas

P: Es curioso cómo la música se adapta a los tiempos también, ¿no?

R: Pero porque nos ha apetecido hacerlo así. Hemos hecho un trabajo de producción distinto, como en cada disco. Es un trabajo que podría haber salido perfectamente en 2015.

P: ¿Con qué tema os quedáis? Típica pregunta clásica, pero difícil de responder

R: Uf… Me gustan todas. Y además, en este disco sí hicimos proceso de selección, porque teníamos bastantes más canciones, pero dejamos 13. Estuvimos votando por whatsapp hasta el último puto día.

Por eso creo que me gustan todas. Cada una tiene su personalidad. A mí me gusta escuchar un disco entero, y esto es algo que también se ha perdido un poco.

P: Más o menos me has respondido antes, pero, ¿cómo ves la industria, sobre todo para los grupos como vosotros, digamos menos comerciales?

R: Bueno, la música mestiza llegó a ser comercial en los 90. Salía la gente en Los 40, acuérdate, por ejemplo, de La Cabra Mecánica que fusionaba cosas y se escuchaba en la radio.

Respecto a cómo perciba la industria. No quiero sonar viejuno, ni que parezca que cualquier tiempo pasado fue mejor, porque no es así. Hay gente que tiene talento, independientemente del género, pero sí pienso que está todo muy minimalista y muy falto de contenido.

No es que me gusten las canciones con muchas notas, nosotros mismos tenemos temas de una sola nota, pero percibo todo muy lineal.

Repito, hay cosas muy guays, pero fenómenos tipo Bad Bunny… es mongólico. Me da coraje porque creo que la música es educación, y cuanto más música escuches, igual que cuantos más libros leas, más te liberas. Leí un libro este verano (Musicofilia), que habla de gente a la que le pasa algo y a los cuatro días se vuelve músico, plantea cuestiones como ¿por qué la música da miedo?, ¿por qué un Re dependiendo de si es menor o mayor resulta nostálgico o alegre?, etc.

Pienso, humildemente, que todo eso se ha perdido mogollón. Hay cantantes actuales que rítmicamente están muy bien, pero el mensaje se pierde y se limita a vamos a follar, mira qué buena estás, eres mi ex, nos vimos en la disco… todo lo que hablábamos antes. Es música de adolescentes, y es normal, pero follar follan hasta los perros.

Hay artistas actuales que hacen cosas muy guays, pero fenómenos tipo Bad Bunny… es mongólico

P: ¿Cualquiera canta hoy en día?

R: Bueno… es verdad que actualmente con el autotune cualquiera puede hacer cosas. Conozco a muchos músicos que no son buenos cantantes pero tienen rollo, o se lo curran… Yo estoy a favor del autotune y de la tecnología para que la música mejore.

Toda esta música que tanto se escucha ahora también viene del individualismo. Antes te hacías una pandilla, de la cual salía un grupito de música o para robar bolsos (risas), mientras que ahora haciendo cosas en tu casa puedes ser tu propio productor. Yo mismo lo hago, y me encanta. Pero es así.

P: Un momento a destacar de vuestra carrera. Sé lo complicado que es elegir uno de 30 años

R: No hay uno, y eso es lo bonito. Es como si me preguntas por mi plato de comida favorito. Me gustan los huevos fritos, pero también los macarrones, la pizza, el sushi, el pescado, el vino tinto y el vino blanco.

Si me tengo que quedar con uno, a lo mejor diría la noche en la que que ganamos el Lagarto Rock, en 1997; cuando había concursos que eran importantes. Pero también podría destacar el último bolo de Almería.

P: Por último, ya que esta entrevista sale el fin de semana de Reyes. ¿Qué le pedís a sus majestades, pero a las magas?

R: Que abdiquen también. Que traigan los regalos los ciudadanos magos (risas). ¡Putos Reyes Magos!