La Gioconda, popularmente conocida como la Mona Lisa, es el principal atractivo del Museo del Louvre y, contra todo pronóstico, ha sido vandalizada.

La pintura más reconocida del pintor italiano Leonardo Da Vinci sufrió este domingo un inesperado ataque en el que un visitante arrojó un trozo de tarta a la cristalera que protege el cuadro.

El autor del suceso fue rápidamente detenido por los agentes de seguridad de la sala y, posteriormente, fue expulsado del edificio. Los visitantes del museo que fueron testigos del suceso se lanzaron a compartir multitud de fotos y vídeos a través de las redes sociales. Después, se retiraron los restos de la tarta y la obra quedó intacta.

Tal y como aseguran los presentes, el atacante iba disfrazado con una peluca y con silla de ruedas, por lo que nadie sospechó de sus intenciones hasta que se posicionó frente a la obra y fue demasiado tarde para detenerlo.

 

La Gioconda, víctima de numerosos sucesos

A pesar de este peculiar episodio, no es la primera vez que la Mona Lisa sufre un incidente de características similares. En 1911, el cuadro fue robado y hasta dos años después no pudo recuperarse, aunque, tras este suceso, la pintura se convirtió aun más en un icono popular.

Décadas después, a finales de los 50, un hombre con el síndrome de Stendhal lanzó ácida sulfúrico contra el lienzo, dañando así el borde inferior. Más tarde, en 1974, durante su estancia temporal en Tokio, una mujer en silla de ruedas arrojó laca roja sobre la protección del cuadro a modo de protesta por la escasez de rampas para acceder al museo. El último episodio de estas características sucedió en 2009, cuando un turista lanzó a la cristalera una taza de té.

Por el momento, se desconoce la identidad y la intención del autor del ataque de este domingo. Sin embargo, en los vídeos compartidos por los presentes en la sala, puede apreciarse cómo el autor dice estas palabras: “¡Hay gente que intenta destruir la Tierra! ¡Pensad en la Tierra!”, sentenció.