El término municipal de Alboloduy, en Almería, ha amanecido este lunes consternado después de que un padre de 35 años haya envenenado a sus dos hijas menores, de cuatro y dos años respectivamente, y después se haya quitado la vida. Concretamente se produjo en el núcleo urbano de Las Alcubillas, una pedanía entre Gérgal y Alboloduy.

La madre de las niñas fue quien avisó a los Servicios de Emergencia cuando se encontró los tres cadáveres y comunicó a la Policía que el padre tenía una orden de alejamiento. Además, esta se encontraba registrada en el sistema VioGén, cuyo objetivo es el seguimiento de casos de violencia de género, ya que el presunto parricida contaba con varias denuncias previas.  

Ahora mismo, la investigación sigue abierta y entre la Guardia Civil y la Policía Local trabajan por esclarecer lo ocurrido. El subdelegado del Gobierno en Almería, José María Martín, ha señalado: “Estamos ante una noticia muy triste, ante el fallecimiento de tres personas, dos niñas de corta edad y su padre. Estamos impactados ante el conocimiento de estos hechos. Guardia Civil está realizando una labor de investigación, tendremos que esperar a los resultados de la misma”.

Violencia vicaria

De confirmarse las hipótesis, este sería un nuevo caso de violencia vicaria, donde los hijos e hijas de mujeres víctimas de violencia de género son instrumentalizados y también víctimas de esta violencia, ya sea mediante maltrato o asesinato, para generar dolor a la madre. Este tipo de violencia fue reconocida en 2015 por la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Además, en 2021 se integró en la ley contra la violencia de género y en 2022 se reconoció como víctimas directas a las madres de menores asesinados en crímenes vicarios, como el que ahora ha sacudido Almería.

El último caso se produjo en enero. Xavi y Noa, de 10 y 7 años, fueron las primeras víctimas por violencia vicaria de 2024. Los hechos se produjeron en su casa de Barcelona, cuando su padre, Francisco Berenguer, los asesinó abriendo la válvula del gas en su casa. Con este caso, eran 52 los menores asesinados por sus padres en España desde 2013. Ahora, con el parricidio de Almería, son 54. En más de la mitad de estos casos, el agresor se suicidó después de perpetrar el crimen.