En 1995 el sida provocaba la muerte de 2 millones de personas cada año. Fue entonces cuando el médico Bonaventura Clotet se hizo cargo del recién creado IrsiCaixa, un centro de investigación impulsado por la Fundación "la Caixa" y la Generalitat de Cataluña para hacer frente a la grave situación sanitaria provocada por una pandemia desconocida y con efectos letales para las personas. 25 años después, Clotet sigue al frente de este innovador laboratorio que se ha convertido en un referente mundial en la investigación sobre el SIDA y otras enfermedades emergentes. Entre sus logros, tratamientos cada vez más eficaces contra el VIH y vacunas preventivas que permiten que los afectados por este virus consigan neutralizar sus efectos y su esperanza de vida sea igual que la de cualquier presona no infectada.

Instituto de Investigación del Sida, enero de 1996. El Dr. Bonaventura Clotet, director de IrsiCaixa, con dos investigadorasImagen de archivo en la que se puede ver en 1996 al Dr. Clotet con dos investigadoras

IrsiCaixa celebra este aniversario en el Día Mundial de la Lucha contra el Sida y en medio de otra batalla a contrarreloj contra un nuevo virus, e SARS CoV-2, responsable de la pandemia del coronavirus. La experiencia con el virus del SIDA ha permitido que la investigación del COVID-19 avanzara en tiempo récord. Hemos entrevistado a Bonaventura Clotet para que nos hable de estos 25 años de investigación.

"En 1995 si una persona contraía el SIDA era una condena a muerte"

PREGUNTA.- En primer lugar, enhorabuena por este 25º aniversario. ¿Cómo eran las cosas entonces?

RESPUESTA- Es importante destacar la visión de futuro que tuvo la Fundación "la Caixa" hace 25 años, junto con la Generalitat de Catalunya. Estábamos en una situación parecida a la actual, pero sin móviles, ni redes, ni toda la posibilidad de presión ambiental que sí está teniendo el COVID. Estábamos frente a una pandemia terrible, que era el sida y que afectaba a todo el mundo. Si una persona contraía la enfermedad era una condena a muerte. No existía ninguna solución. En el caso del COVID la mortalidad fue muy alta en su momento inicial, en marzo, cuando era del 14%, pero ahora ha bajado muchísimo, a un 4% o menos. Nunca ha sido del 100% y, sin embargo, una persona que contraía SIDA hace 25 años sabía que le quedaban 2 años de vida. 

P.- ¿Qué se sabía entonces del SIDA?

R.- Nosotros empezamos a hacer ensayos clínicos con nuevos fármacos en 1987 y en 1992 creamos la Fundación de Lucha Contra el Sida para poder gestionar la contratación de personal, hacer esos ensayos, que tienen una gran envergadura y necesitan mucha logística y muchas personas bien entrenadas y preparadas para que la industria te permita aprobar los fármacos. Actualmente se llama Fundación de Lucha Contra el Sida y Demás Enfermedades Infecciosas. Rápidamente surge la necesidad de hacer investigación básica y también probar los nuevos medicamentos, algo que se ha visto ahora con las vacunas del COVID, con 40 mil personas participando en un estudio.

La investigación básica intenta conocer cómo destruye el virus el sistema inmunitario, qué alternativas puedes buscar para que esto no suceda, qué regiones más vulnerables tiene, cómo se pueden desarrollar las vacunas de una manera más eficiente contra este virus. Esto fue lo que empezamos en el año 1995. Empezamos siendo 5 y somos en estos momentos 120. Todas las personas que se han formado en este centro, han conseguido un nivel de formación y de excelencia muy bueno. El conocimiento que hemos ido generando a través de todo este tiempo que ha transcurrido, nos ha permitido situarnos en uno de las mejores posiciones del mundo. Somos uno de los 10 mejores laboratorios en este campo.

"Hemos avanzado sobre vacunas contra distintas enfermedades, no solo el sida, también vacunas terapéuticas contra el cáncer"

Hemos conseguido avanzar también sobre vacunas contra distintas enfermedades, no solo el sida. Desarrollamos una vacuna terapéutica contra el sida, que está en fase de ensayo, pero también tenemos vacunas preventivas en fase de desarrollo.

Este modelo de vacunas y el conocimiento generado nos ha permitido aplicarlo al cáncer y estudiar todo el trastorno del envejecimiento a través del envejecimiento del sistema inmunitario, que en el caso del sida estaba acelerado. Hemos estudiado el microbioma intestinal y somos uno de los grupos de referencia del mundo sobre este tema. Estamos desarrollando vacunas terapéuticas contra el cáncer y, naturalmente, cuando aterrizó el COVID estábamos muy preparados, teníamos mucho conocimiento y posibilidades de luchar contra esta enfermedad.

"Cuando aterrizó el COVID estábamos muy preparados, teníamos mucho conocimiento y posibilidades de luchar contra esta enfermedad"

P.- ¿Esa experiencia es la clave para, en tiempo récord, saber tantas cosas como sabemos ahora del coronavirus?

R.- Es la enfermedad en la que se ha generado más información científica en menos tiempo, en la que se ha avanzado más de prisa en un tiempo récord. En el SIDA lo hicimos y tardamos 10 años en tener el primer medicamento. En el contexto del COVID-19, en 10 meses se ha generado un grado de avance muy creíble en la generación de vacunas y ya hay tres que parece que tienen resultados consistentes; en el desarrollo de marcadores de técnicas de laboratorio que permiten detectar rápidamente la infección; en averiguar todo el tema de los anticuerpos neutralizantes... Hemos evaluado el seguimiento de estos anticuerpos neutralizantes durante 6 meses y sabemos que caen los anticuerpos en ciertas áeras del virus, lo cual quiere decir que, probablemente, en un futuro podemos tener problemas de mantener este nivel de neutralización. Habrá que ir controlando mucho a los vacunados, para saber cuánto dura el efecto. La vacuna lo que genera, precisamente, es esto, anticuerpos neutralizantes. Hay personas que se infectan de una manera sintomática y el 50% no desarrolla anticuerpos neutralizantes y son susceptibles de reinfecciones. Estamos desarrollando en dos grupos distintos test diagnósticos para el COVID-19, pero que sean test de saliva muy rápidos y que no necesiten pone un palo con un algodón en el extremo para poder obtener la muestra de moco faríngeo. 

P.- ¿Se ha conseguido superar la estigmatización de personas con SIDA en estos 25 años?

R.- Sí, pero no. Hemos conseguido superar esa estigmatización en ciudades grandes como Barcelona, Madrid, etc., El SIDA sigue causando 800 mil muertes al año en el África subsahariana e infectando a casi 1 millón y medio de personas al año, y todavía hay un 38% de las personas infectadas en el mundo que no pueden hacer el tratamiento correcto. Solo podremos conseguir la inmunización grupal si todo el mundo está tratado y, por tanto, no trasnmite la enferemedad ni tampoco se infecta.

"Hemos estado trabajando en el desarrollo de vacunas terapéuticas para poder erradicar el VIH y lo hemos cronificado"

P.- ¿De qué logros de estos 25 años te sientes más orgulloso?

R.- Estoy muy orgulloso de que se haya desarrollado un gran conocimiento sobre la inmunopatogenia o cómo el VIH destruye el sistema inmunitario, a partir de lo cual hemos aprendido muy bien cómo funcionaba el sistema inmunitario y cómo podíamos contrarrestar los efectos del virus. Pero además nos ha permitido abarcar otras enfermedades como el cáncer, la interrrelación con el microbioma intestinal, que también está relacionado con multitud de enfermedades. Hemos estado trabajando en el desarrollo de vacunas terapéuticas para poder erradicar el VIH y lo hemos cronificado. Las personas que empiezan en tratramiento muy precoz tienen una esperanza de vida normal, pero tienen que tomar un tratamiento fijo siempre. Si tú pudieras eliminar los escondites del virus, que es desde donde el virus se reactiva cuando tú paras el tratamiento, podrías curar a la persona. Esto es más una finalidad, un concepto, de querer cuadrar el círculo y decir que ya lo hemos curado.

Hay que estar muy contentos de lo conseguido de llevar adelante la vacuna preventiva, que lo estamos haciendo, y vamos a participar en un estudio internacional que tiene muy buenas perspectivas. A partir de ahí, aplicar todo este conocimiento sobre las vacunas terapéuticas contra el cáncer y otras enfermedades infecciosas en las que trabajamos, como el ébola. Estamos intentando desarrollar vacunas contra las enfermedades de transmisión sexual, básicamente contra la sífilis.  Aunque ahora, muchas de estas investigaciones se han puesto al ralentí, un poco en stand by -no completo- por el trabajo que estamos realizando en el campo del coronavirus. 

P.- ¿Cómo se financia todo esto?

R.- Empezamos con la colaboración de la Fundación y la Generalitat. A partir de ahí, hemos buscado el dinero a través de todas las becas oficiales que hay a nivel europeo, americano, español y catalán. Últimamente conseguimos 5 millones de Europa para todo el estudio del microbioma, que consiguió Roger Paredes, coordinando un grupo intermancional -no son 5 millones para nosotros-. Hemos conseguido dinero de AMFAR, que la American Foundation for AIDS Research, para el estudio de los pacientes trasplantados y que se curaban del sida. Hemos conseguido becas de la Bill Gates... Tambien hemos recurrido al crowdfunding o donaciones, durante 10 años hemos realizado galas benéficas a través de la Fundación, que proporcinaban alrededor de medio millón de euros al año.

"Espero que el coronavirus haya sensabilizado mucho más a la administración [sobre la necesidad de financiar la investigación]"

P.- ¿Debería haber una mayor apuesta de la administración por la investigación?

R.- Seguro. Espero que el coronavirus les haya sensibilizado mucho más. El crowdfunding del coronavirus ha sido muy exitoso, porque tuvimos la suerte de ponerlo en marcha muy rápidamente y se hanrecadudado más de 2,5 millones en pocos meses. Ello ha permitido que se respondiera de inmediato a toda la demanda de desarrollar técnicas eficientes de diagnóstico de la infección, diseñar vacunas en colaboración con un consorcio importante que se ha creado, etc. Tenemos que estar muy agradecidos tanto a la Fundación "la Caixa", a la Generalitat de Catalunya y a Grifols, que han contribuido muy significativamente. Y también a toda la población, que de una manera muy solidaria, ha ayudado en el proyecto Yo me corono, que de alguna manera quiere decir yo me pongo a luchar contra el coronavirus, yo empatizo en esa lucha.

Esta entrevista forma parte de los encuentros #RetosVocesSociales que organiza ElPlural en colaboración con la Fundación "la Caixa"